Decir que vas a un concierto de The Steepwater Band, es asegurar que asistirás a una ceremonia de sucio y genuino rock, sin concesiones, paliativos y remilgos de pseudo-modernidad. Es sinónimo de autenticidad, carisma y de amor por la música por encima de todo.
Su relación con Barcelona es muy estrecha, no en vano, desde su primera visita, el 30 de septiembre de 2006, donde infectaron de su virus corrosivo a todos los asistentes que dejábamos La [2] de Apolo medio vacía, por ignorancia o desconocimiento, que viene a ser lo mismo, pero no es igual, han subido a un entarimado barcelonés en catorce ocasiones.

De aquella primeriza presencia, guardo un extraordinario recuerdo y definitivamente, firme en el libro de la memoria para conseguir mi pase como fan de una formación, que jamás de los jamases me ha defraudado. Por problemas ajenos a mi cordura, y situaciones que uno debe aguantar, porque tiene la mala costumbre de intentar comer tres veces al día y si puede ser en caliente, no he asistido a todos sus rituales, pero llevo tatuados en mi cerebelo casi una decena de los mismos.

Entre los más jadeados y festejados está la visita que realizaron junto a Marc Ford, el 6 de marzo de 2010 también en La [2] de Apolo, ceremonia impresionante que nos trajo lo mejor y más florido del rock setentero, que se podía disfrutar en ese traspaso de década, y desde luego, cambiando de tema, dejando Marc Ford una estupenda impresión, no como en su siguiente visita, en la cual el estado etílico, en el que estaba sumergido, no le dejaba dar pie con bola, en un concierto que Bad Music TV, grabó íntegro y que por decencia y en la memoria de un enorme guitarrista, nunca verá la luz.

Otra cita para enmarcar, y por partida doble, fue la visita realizada en 2017, concretamente, el 15 y 16 de septiembre, dos conciertos, dos días y dos repertorios diferentes, con una Rocksound en la que no entraba el aire, y no salía ni el sudor. Dos conciertos diferentes, con un par, tal y como repitieron en 2022, con dos bolazos distintos en menos de diez días, justo en los estertores de la moderna sala La Textil.

Los de Chicago, no se sabe muy bien el porqué, supongo que igual que nos ha pasado a muchos nativos de esta ciudad, entablaron una estrecha relación con Rocksound, donde si no me equivoco, actuaron en tres ocasiones, por eso no es de extrañar, que aparezcan en el estupendo cartel de su décimo sexto aniversario, los días 29 y 30 de este mes de junio, en la Sala Laut. Cómo ha pasado en otras visitas, los dos días contarán con dos repertorios diferentes, donde su extensa discografía, doce álbumes, más el grandioso background de covers que atesoran, nos aseguran dos noches vibrantes de rock blues setentero, grasiento, polvoriento y crudo, como debe de ser.
Advertencia, las dos noches están a un pelo de Madelman, para colgar el sold out, así que si no quieres arrepentirte, haz lo que debas hacer, pero hazlo rápido.

Bad Music, se quiere unir a los festejos del décimo sexto aniversario de Rocksound, durante estos días previos a la soplada de velas y los estirones de oreja, por lo que entre otras cosas, como por ejemplo, este martes, con una entrevista con Manel Celeiro en el programa de radio, donde hablaremos hasta del sexo de los ángeles, y con el regalo del video que tenemos a continuación. Registrado en La [2] de Apolo, en la cuarta visita a Barcelona de la banda, el 6 de marzo de 2010. Venían presentando el álbum «Grace and Melody». En esta visita compartieron cartel con Marc Ford. Veinte minutos de nitroglicerina rock.
¡Felicidades, Rocksound!


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