Dynamite Blues Band

Dynamite Blues Band
Medicine
Eigen Beheer / Autoproducción, 2019
Para qué voy a andarme con rodeos, Dynamite Blues Band es una de las bandas más interesantes del panorama blues europeo y desde luego mi favorita desde que les pude ver en Azores en la pasada edición de la European Blues Challenge, representando a los Países Bajos y donde quedaron en tercer lugar. Su fuerza y energía es contagiosa y si bien, se saltan los cánones establecidos a la mínima que pueden, para qué están las reglas sino para romperlas. Los dos discos que tenían hasta la fecha, «Shakedown & Boogie» en 2014 y «Kill Me With Your Love» de 2016, ya los presentaban como un caballo desbocado que es capaz de provocar una avalancha a la primera de cambio, pero este tercer disco, «Medicine», que se editó a finales del año pasado es la mezcla perfecta entre fiereza y moderación. Una banda que sigue marcada por el blues de nombres como Howlin’ Wolf y Muddy Waters, pero no se cortan a la hora de marcar zonas recicladas de bandas como The Vaughan Brothers, The Red Devils y The Hoax, creando un sonido propio que viaja desde el blues más arcaico y añejo a unas dosis de skoll rock que lo actualizan y proyectan mucho más allá de la nostalgia.
El álbum comienza con «Double Barrel Shotgun», claro ejemplo de los comentado, un blues viejuno que se ve arrastrado por una base rítmica demoledora y cansina. «Medicine», tema que da nombre al conglomerado de temas propios no deja lugar a las dudas y cabalga desbocado con un rhythm and blues salvaje, donde la armónica conduce las riendas sin avasallar, dominando, dejando suelta a la banda para apretar cuando el tema lo busca. Es una de las particularidades de Dynamite Blues Band, los músicos y los instrumentos están al servicio de los temas y no al contrario; no se trata de la típica combinación al servicio de un armonicista estrella, siendo Wesley van Werkhoven un buen soplador y desde luego un showman en directo. La guitarra corre a cuenta de JJ van Duijn, el bajo acompaña de forma vigorosa a Renzo van Leeuwen y Jan Aandewiel es el encargado de los tambores.
Es muy probable que este verano estén de gira por nuestro país, o que al menos caiga algún festival, algo que sería extraordinario pues en directo derrochan solvencia, potencia y fiereza. temas como el boogie rock «Misery Train» deben de ser agotadores en vivo, como el vintage «Can’t Stop» digno de la fiesta de graduación de cualquier degenerada institución educativa o, «Fast Track to Nowhere» que parece una inyección de adrenalina. «Medicine» es una buena receta contra la monotonía, el aburrimiento, la rutina y sobretodo el conformismo.
Pero no todo va a ser velocidad y desparrame, hay momentos para el sosiego y recuperar el aliento; «My Baby Left Me (For a Rich Man)» gran blues estándar, el vacilón «I Still Don’t Know» o la oscura «Schizophrenic Woman», para mi uno de los mejores temas.
Te recomiendo que le dediques algo de tu tiempo a esta banda holandesa, que con sólo tres discos se presenta como una bocanada de aire fresco en el panorama de blues europeo.
JLBAD