ROBERT JON AND THE WRECK
Sala Upload.
Barcelona. 26/05/2022

Tremendo concierto el de Robert Jon y sus muchachos el jueves noche en la Upload, gran afluencia de un público muy predispuesto al disfrute musical y que obtuvo con creces lo que venía a buscar.

Apenas una decena de canciones interpretadas en casi hora y media de recital pues los temas eran alargados hasta el infinito, crescendos y duelos de guitarras maravillosos, solos magnificamente desarrollados y plenos de sentimiento. La base rítmica a la altura de su barbado líder y del guitarrista Henry James y el teclado casi escondido en un lateral del escenario pero enriqueciendo mucho las canciones. Mucho feeling entre ellos y mucho feedback con la audiencia. Dominio del escenario, de los tiempos y de nuestras emociones. Nos llevaban por donde querían. Presentaban los dos discos más logrados de su carrera: «Last night on the highway» (2020) y «Shine a light on me brother» (2021).

Están en su mejor momento y lo saben, tienen la mirada del tigre, se quieren comer el mundo y eso lo notas cuando los ves en directo. Han añadido a su rock de poso sureño y alma blues matices soul y gospel que les han llevado a otro nivel como en «Do you remember», segundo tema del show, en el que ya se metieron al público en el bolsillo. «Oh miss Carolina» maravillosa, una de sus canciones más redondas, la cual en un mundo ideal estaría sonando por todos lados. O la muy sureña «Shine a light on me brother» tocada con el slide con mucha pericia. Asimismo presentaron tema nuevo, publicado hace un par de semanas, el muy rocanrolero «Waiting for your man» y un par más antiguas como «Old friend» y «Cold night«.

Un frontman atípico el bueno de Robert Jon, con sus ademanes de Joe Cocker y su eterna cara de mala hostia. Es el claro líder y figura reconocible de la banda pero cedía todo el protagonismo a su guitar hero, el espigado Henry, que se encargaba de los solos y las posturitas para deleite de los fotógrafos que se agolpaban en el borde del escenario. El look setentero que llevaba era impagable, pantalones de campana, pelo afro, bigotico de chicano… no le faltaba detalle.

Y en cuanto a la música, que es lo que realmente importa, espectacular. Vozarrón, verdad y sentimiento los de Robert Jon, la banda suena genial y las ya de por sí grandes canciones adquieren otra dimensión en vivo con esos finales que suben y suben, o bajan y bajan y te atrapan sin remisión. Le comentaba a un amigo en la salida que era como si hubiesen tocado el «Free bird» diez veces seguidas. El sonido de la sala muy bueno, nos está dando muchas alegrías la sala del Poble Espanyol, y un público al que hay que agradecer su entrega y pasión y que se mantuvo impertérrito al finalizar el bis, reclamando más música hasta que tuvo que claudicar (muy educadamente) al encenderse las luces y empezar a sonar los Allman Brothers por los altavoces del local.

Concierto al que le falto quizá media hora más de duración y haberse celebrado un sábado para estar en lo mas alto en cuanto a experiencias musicales este año. La pelotera que se formó en el puesto de merch al finalizar así lo atestigua.

Texto: Nico García
Fotos: Pili Pimpinela


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