
BAND OF HORSES + GENTLY TENDER
Sala Apolo. Barcelona
18/11/2022
Emocionante retorno de BAND OF HORSES a los escenarios de Barcelona, el sold out conseguido daba cuenta de lo mucho que gusta por aquí la banda liderada por Ben Bridwell, tanto a los aficionados a la Americana y al Alt-country como a los indies. Había curiosidad por ver a la nueva formación sobre las tablas después de los últimos cambios de alineación, pero antes de entrar en detalle comentar el sabroso aperitivo que fueron GENTLY TENDER, banda londinense compuesta por miembros de PALMA VIOLETS y por Celia Archer de THE BIG MOON que son un combo de pop luminoso con toques de góspel más que interesante. Fuerza y melodía, además de una preciosa combinación de voces que hicieron disfrutar al público que iba llenando la sala durante un pase que se hizo corto y que la audiencia disfrutó bastante. Un feliz descubrimiento.

Muy puntuales a las nueve salieron a escena los renovados BAND OF HORSES, los nuevos miembros le dan un toque más rockero a las canciones, las dotan de más músculo, además de tocar un poquito más acelerados de los que le convendría a los temas, algunos de los cuales hubiera estado bien que los masticaran algo más, que se hubieran recreado en los arreglos. La imagen, que también es importante, necesita mejorar, te fijabas en el guitarrista con gorrica de nerd y no podías sino suspirar acordándote del imponente Tyler Ramsey, por no hablar del bajista metalero que no pegaba ni con loctite. Menos mal que el simpático Ryan Monroe sigue como fiel lugarteniente de Ben, multiinstrumentista, además de apoyo en las voces y un referente para los fans. Pero todo esto se te olvida, además de los problemas cotidianos, del frío que hacía en Apolo, con el aire acondicionado a tope, que hacía que te arrepintieras de haber dejado la pelliza en el guardarropía, TODO se olvida cuando Ben rompe a cantar con ese timbre de voz que me tiene enamorado desde que los descubrí en un lejano Azkena Rock. Desde entonces los he podido ver en varias ocasiones y esta es la encarnación de la banda que menos me ha gustado. Un concierto que Ben sacó adelante a base de galones, de vozarrón y de un setlist basado casi en su totalidad en sus tres primeros álbumes. Del más reciente «Things are great» (2022) apenas tocaron cuatro temas y se dejaron en el tintero maravillas de dicho disco como «I need of repair».
Nada que objetar, pues ningún fan de la banda se va a quejar de un bolo en el que suenan clásicos como «Is there a ghost», «The great salt lake», «Factory», «Laredo», «No one’s gonna love you», «Ode to LRC», «The funeral» o «Detlef Schrempf», no, claro que no, y Ben canta mejor que nunca, tiene una voz que mejora con los años y canciones como castillos, pero me hubiera gustado que hubiesen defendido más su nuevo álbum y que se acordaran también de «Why are you ok?» (2016) y de «Mirage rock» (2012) de los que no interpretaron ningún tema. Repertorio, pues conservador, jugaron al amarre, al gancho emocional, quizás Ben quiera que la nueva formación se acostumbre a tocar los clásicos de la banda, o quizás es que no le convencen sus últimos discos, pues la verdad es que, aunque están a un gran nivel, no pueden competir con sus primeras grabaciones, especialmente la dupla «Cease to begin» (2007) e «Infinity arms» (2010).
Visto en perspectiva, y aún con los peros citados, un show de primera, con momentos muy intensos, un sonido de la sala a la altura, un juego de luces sencillo, pero efectivo y una audiencia entregada desde el principio que llevó en volandas al grupo durante las casi dos horas de un recital que acabó con Ben dándole baquetazos a la pandereta en el comienzo de «General specific», tema con el que acabaron de manera muy festiva el concierto. Satisfechos, pero también con una pequeña sensación de que algo se ha perdido por el camino en esta banda, aunque mientras Ben conserve la voz todo irá bien.
Texto: Nico García
Fotos: Nico García y Pili Pimpinela


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