WARD HAYDEN & THE OUTLIERS
A CELEBRATION OF HANK WILLIAMS LIVE
Sala Razzmatazz 3
. Barcelona
11/01/2024

Era el primer concierto del año que acaba de comenzar para la mayoría de l@s asistentes y la verdad es que no pudimos empezar con mejor pie nuestra andadura musical en 2024. Lo que en un principio era un homenaje al padre del Country resultó ser una suerte de doble show, con una primera parte en la que Ward y sus chicos repasaron algunos temas del cancionero de Hank y una segunda en la que interpretaron temas propios. Empezaron, como decíamos, con una serie de versiones del de Alabama, motivo de la gira y protagonista del disco «A celebration of Hank Williams live» (2023) que la banda editó el año pasado. 

   

Hay que dejar bien claro que no estamos ante una banda tributo, nada más lejos de la realidad, ahí está ese estupendo «South shore» (2023) sin ir más lejos, para demostrarlo. Lo que ocurre es que al bueno de Ward Hayden, como nos relató en uno de los descansos entre tema y tema, le impactó mucho cuando era joven la música de Hank Williams y, a la vez que iba desarrollando su carrera como artista, celebraba, de tanto en tanto, conciertos homenaje a su ídolo, especialmente el primer día del año, fecha de la defunción, a la tierna edad de veintinueve años, del llamado «Shakespeare del hillbilly». Que nadie piense que nuestros protagonistas van por la vida exprimiendo el legado de Hank, es una cosa puntual hecha desde el máximo de los respetos. De hecho, le dan a las canciones una pátina de modernidad, les dan un poco más de revoluciones, las rockerizan como si dijéramos (recordar que HW murió en 1953, un par de años antes de que el Rock ‘n Roll implosionara), están tocadas con bajo eléctrico y no con contrabajo como las originales y, lo más importante, Ward no imita en ningún momento a su héroe, ni va vestido con uno de los famosos trajes de cowboy con notas musicales con los que se identifica a Hank. Diablos, si hasta brindó con nosotros en un momento del concierto alzando una lata de cerveza sin alcohol! (no hay nada en este mundo menos Hank Williams que una cerveza sin alcohol, Hank era famoso por sus borracheras, y estas le llevaron a la tumba). 

   

Por tanto, nada de tributismos, una celebración de la vida y obra de un hombre que comenzó con los compases de «Move it on over» ante un numeroso público congregado en la sala de Poble Nou, entre ell@s algun@s bien maquead@s de vaquer@s con sus sombreros Stetson y todo. Poco más de una decena de canciones del viejo Hank, muy bien presentadas y contextualizadas por Ward, concierto y clase de historia al mismo tiempo. No faltaron clasicazos como «Your cheatin heart», «Ramblin’ man» o una fantástica «Long gone lonesome blues» con la que la sala entró en ebullición y se oyeron los primeros vítores y en la que su guitarrista Gary se lució con la pedal steel. Todo felicidad y sonrisas. Ward nos comentó que «Honky tonkin’ « era la canción de Hank que más disfrutaba interpretando antes de ponerse un poco más grave al presentar «I’ll never get out of this world alive», la última y premonitoria canción que compuso HW poco antes de morir. Con «Dear John» se lució la banda entera, pues cantaron cada uno de los cuatro una parte, destacando a Josh, el batería, que lo hizo a grito pelado sin micrófono. «Lost highway», original del compositor ciego Leon Payne, y popularizada por Hank, dio paso a uno de los momentos álgidos de la noche con «I’m so lonesome I could cry», quizás la cima creativa de HW, versioneada más tarde por colosos como Ray Charles, Johnny Cash o el mismísimo Elvis Presley. Uno de los enigmas de la música popular es averiguar como un paleto de un pueblo de Alabama, sin apenas educación, que solo leía tebeos baratos y cuyos principales intereses era pillarse una cogorza y meterla en caliente, fue capaz de componer esas obras maestras que siguen sonando de maravilla setenta años después. Misterios de la vida. 
Y para nuestra sorpresa, por lo menos para la mía, en el ecuador del concierto empezaron a interpretar canciones propias como «South shore», la poderosa «Nothing to do (for real this time)» o la muy animada «I’d die for you» con las que la banda se soltó el pelo y demostraron el gran nivel que tienen. Una banda muy democrática, Ward se deshacía en elogios para todos, el guitarrista Cody cantó un tema y se marcó un incendiario solo, Greg el bajista tuvo también su momento cantando un cover del «On the road again» de Willie Nelson y entre ellos se notaba una química especial. Se divierten tocando y lo trasmiten. Y el hecho de que el concierto no decayera cuando empezaron con su material propio (es más, todo lo contrario) da cuenta de la calidad de la banda. 
Antes de retirarse presentaron su nuevo single, recién publicado, en este caso una versión de Bruce Springsteen, llevada a su terreno con maestría «Brilliant disguise» para, ya en los bises, cerrar el círculo, volviendo a Hank Williams con «I saw the light» y poner el broche final a un gran bolo que nos hizo olvidar por unos momentos la difícil cuesta de enero y la ola de frío que nos azota. Bravo por los de Boston y viva siempre el eterno Hank Williams
Texto: Nico García 
Fotos: Pili Pimpinela


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