THE SPEEDWAYS
Sala Upload
. Barcelona 
02/02/2024

Hay conciertos que duran una hora, o hora y poco, y te sientes estafado, sales de la sala jurando en arameo, maldiciendo al artista en cuestión, (aunque el bolo te haya gustado), que si no ha tocado esta, que si no ha tocado aquella, con la discografía que tienen, etc. Otras veces, como en el de THE SPEEDWAYS te parece perfecto, la banda se enchufa veinte temas, la mayoría de ellos a piñón, lo dan todo y dejan al personal con una sonrisa de oreja y echándose mano a la billetera mientras corren al puesto de merch.


Venidos desde Londres, practican el noble arte del Power Pop. Salieron a escena ya fardando con unos chupitos en la mano, se colgaron los instrumentos y, sin muchas hostias que digamos, empezaron a desgranar su repertorio. Gemas de no más de tres minutos de duración, alegres coros y melodías radiantes como un día de verano, combinadas con certeros y afilados guitarrazos, tocados con precisión y a toda hostia. La base rítmica dando cuerpo a todo, de diez. Para comenzar optaron por un tema cuyo título los contextualiza muy acertadamente «In a world without love is hard to stay young». A partir de ahí, un concierto que calificaría de espectacular a cargo de una banda que tiene el mojo. Rodadísimos, con tres discos en el mercado, dos ya con la actual formación, en la que destacan las acertadas incorporaciones de Mauro Venegas (ex THE GODFATHERS) y Adrian Alonso, uno a cada lado de Matt, cantante y rítmica. Menudo par de fieras, con que soltura tocaban, lucían fantástico.


Buffet libre de posturitas rockeras para goce de l@s fotograf@s. Al cantante es al único que le puedo poner alguna pega, esa música cojonuda pide una voz que sobresalga, que reine sobre esas estampidas de guitarras salvajes. Aunque mal no lo hizo el chico, suena mejor en los discos. Por otra parte se le perdona por llevar la mejor camiseta de la noche con Gene Simmons sacando la lengua. Y es que además del sonido, la calidad, las pintas y la actitud tienen canciones, «Number seven», «Shoulda known», «Kiss me goodbye», esta última cantada por Mauro, son geniales. La poperilla «Kisses are history» hizo que bajara de revoluciones el asunto pero, qué diablos, vino bien coger un poco de resuello para una parte final en la que cayeron temazos como «Seen better days» o «Just another regular summer». Con el set list ya ventilado (y solo habían pasado cuarenta y cinco minutos) se retiraron para volver, menos mal, y tocar cuatro temas más, llegando a la duración referida. En una hora dijeron todo lo que tenían que decir, que es mucho, y demostraron que son una de las bandas del momento, puede que hasta cuando en el futuro, se les quede pequeño el Power Pop. Ojalá no tarden en volver.
Texto: Nico García
Fotos: Pili Pimpinela 


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