BAD MUSIC RADIO

SHAWN JAMES
Sala Razzmatazz 2. Barcelona 
10/03/2024

Me he propuesto de un tiempo a esta parte vender cara la palabra «bolazo», pero el bueno de Shawn James me lo ha puesto muy difícil esta vez. Bolazo, bolaco, bolarro, bolarráquen… Elijan ustedes la expresión y acertarán, porque lo del domingo pasado fue maravilloso. Para que se pueda hablar de bolazo tienen que confluir una serie de factores, así que enfocaré la crónica como si de la corrección de un trabajo de fin de carrera se tratase, analizando cada parámetro de los que componen una actuación musical en directo.

CANCIONES

   Sin canciones no hacemos nada, ya puedes tener una puesta en escena cojonuda, el/la mejor cantante del mundo, un sonidazo, lo que sea. Si no tienes canciones nadie te va a recordar, las canciones son lo que perdura, y Shawn las tiene a puñados, y muy buenas. «Love will find a way I y II», «The stones cried out», «The thief and the moon», «I want more», la tremenda «Muerte mi amor», una versión improvisada de «Ain’t no sunshine» de Bill Withers o «Trough the valley», por citar algunas, sonaron fantásticas en directo. Profundas y sentidas. La majestuosa voz de Shawn llenaba de buena vibra la sala y su guitarra se engarzaba perfectamente con el violín eléctrico que lo acompañó durante casi todo el show. Grandes composiciones que en vivo cobran una nueva dimensión.

REPERTORIO/ENTREGA DEL ARTISTA

   No solo es lo que tocas, ni como lo tocas, también influye el orden en el que lo haces, como estructuras el show para que todo tenga un sentido y la gente no se aburra. Como no, las ganas que le eches al asunto cuentan, como todo en la vida. Superados con nota estos dos aspectos en un bolo, perdón, bolazo, en el que nuestro protagonista controló nuestras emociones a su antojo, combinando momentos intimistas, como cuando comenzó el concierto él solo al piano, con otros en los que desataba su furia rockera y rugía como un león. Una parte final en la que apretaron el acelerador interpretando temas más contundentes, casi metaleros, de su etapa con los SHAPESIFTERS, caso de «The number of the beast» de IRON MAIDEN, de su disco de versiones o una matadora «Haunted». Muy bien acompañado por un violinista que daba mucho juego y que incluso tuvo ocasión de desgañitarse cantando en un tema. Probaron todas las combinaciones, banda al completo, Shawn y el violinista solos, Shawn en solitario a la guitarra o con el piano, etc. Cada canción recibía el trato óptimo. En cuanto al grado de implicación muy bien también, me esperaba (era mi primera vez) a un hombre más introvertido, más hosco, metido en su mundo, que es la imagen que me había creado escuchando su música, pero me encontré a un tipo encantador, comunicativo, con ganas de gustar y que, esto es lo más importante, se lo estaba pasando de puta madre. Él y los tres tíos que le acompañaban, amén de su crew, tod@s ell@s nombrad@s y saludad@s desde el escenario, demostrando que es de bien nacidos ser agradecidos.

SONIDO/ PUESTA EN ESCENA

  Es fundamental el sonido, una mala sonorización puede joder un buen concierto. En este caso muy bien, nítido y potente, y el juego de luces ideal, lo que uno espera en un concierto de un artista de tamaño nivel. Felicidades, por tanto, a los técnicos. La puesta en escena puede parecer un aspecto frívolo pero, siempre que haya una calidad musical detrás, ayuda a enriquecer la experiencia. Sobriamente vestidos, sin mucha parafernalia, excepto la camisa de cowboy del violinista, el elegante sombrero de Shawn y sus manos tatuadas, detalles éstos que encajan perfectamente con la propuesta musical del combo. 

PÚBLICO 

  Aun si todo lo anteriormente referido raya a gran nivel, no serviría de nada sin una audiencia receptiva delante. Como indica el titular, el público de Barcelona respondió, en otra noche de esas en las que hay que elegir, SUPERSUCKERS en la Wolf y Javier Vargas en La Nau no impidieron una estupenda entrada, con el añadido de que había mucha gente joven, que eso siempre da alegría.
Por tanto, y añadiendo el dato de que tocaron más de dos horas, el veredicto no puede ser más claro: BOLAZO
Texto: Nico García
Fotos: Pili Pimpinela