The Black Crowes
Tour Happiness Bastards

Teatro Romano de Mérida, Badajoz
9 de junio de 2024

No es difícil imaginar cómo se debían sentir los hermanos Robinson, ante el privilegio de cerrar su tour, en un entorno tan monumental como el teatro romano de Mérida, de hecho, Chris lo verbalizo en varias ocasiones, sin que sonase al típico rutinario y comprometido protocolo de un show de banda de rock and roll en gira. 

Los The Black Crowes más directos abrieron tras dejar sonar «It’s a long Way to the top (if you wanna rock´n´roll)» de AC/DC. Con el público —lleno, pero lejos del sold out— en pie vibrando con «Bedside Manners», el tema que abre su hasta la fecha último álbum, Happines Bastards.

Le sigue «Rats and Clows» del mismo álbum, algunos les parecerá una desfachatez debido a la controversia generada ante su última obra, a mí me parece una apuesta por la creación y me muestra a una banda convencida de su obra —hasta 5 temas sonaron de Happines Bastards—. En cualquier caso, suenan inapelables, revitalizados, frescos, y lejos de desentonar con sus piezas maestras.  Ahora bien, en cuanto  comienza a sonar «Twice as hard», empiezas a sentir que estás ante una de las bandas más grandes de rock and roll que nos ha tocado vivir en nuestras vidas, y vuelve ese dulce sentimiento de felicidad al dejarte llevar por ese bendito groove sureño, y claro tus ojos se empañan y sientes deseos de cantar y abrazar, porque estás viviendo un puto concierto de los Crowes en pleno 2024, mientras el mundo se resquebraja, la sangre te hierve a la vez que estás intentando asumir la belleza del lugar.

«Then she said my name» es el único espacio que se le da a su magnífico By your side, los teclados de Eric Deutsch ganándose el espacio que se deja entre las guitarras afinadísimas de Rich Robinson —más solista de lo habitual en él— y el vasco argentino Nico Bereciartua.  

«Sting me» vuelve a removerme en lo íntimo, sigue sonando tan sexy como aquel día que pinche su segundo álbum en mi pequeña habitación, cuando todo era básico y como un ritual; comprabas tu puto disco y mirabas su portada compulsivamente hasta llegar a pincharlo, no importaba nada más, ese era el valor y el lugar que merece la música, cosa de locos hoy en día. 

No hay más espacio para la nostalgia, suena «Cross Fingers», otra reciente creación, donde la base conformada por Sven Pipien y el batería Cully Syminton luce sus credenciales. La épica de «Sometimes Salvation» cobra una dimensión espectacular, la diosa Ceres parece bendecir el momento, es singular, y no puedo evitar pensar, lo que podría ser haber vivido un concierto de Led Zeppelin en el mismo lugar…

 Los Crowes siempre incluyen reconocimientos a sus ídolos, y en este caso versionan con «White light / White heat» aludiendo a Lou Reed, les suena, aunque el público se queda un poco desconcertado en este caso y no acompaña lo suficiente.

«Thorn in my pride», nos devuelve a su legítima esencia, south, suena a gloria… Chris se deja ir como solo él sabe, y la banda toca el cielo, hasta Rich parece sonreír satisfecho, y es que debe ser grande sonar así.

«Wanting and waiting», suena brillante, nos muestra a una banda viva que cree en su repertorio, la reacción de la gente confirma el valor del tema que ya es un hit.

«Hard to Handle», siempre es una apuesta segura, aunque hoy me suena a compromiso… «She talks to angels» ¿es preciso decir algo más? Hasta perdono al tipo de al lado que la canta de cabo a rabo, cada uno deja salir su emoción como puede o sabe… «Flesh wound», según Chris su tema favorito del último disco, hay quien dice que suena a power pop en modo Crowes, en directo es mejor, y en línea con temas de la última hornada stoniana. No da tiempo a pensar, porque el rock and roll no se piensa, se siente, y claro suena el trallazo de «No speak no slave» auténtico subidón de hard rock, que nos aboca al zenit Jealous again, baila hasta la diosa de felicidad, son los putos Black Crowes dándote lo mejor sin más!!!… Aun con la piel erizada «Remedy»,   como cuando no sabes qué teta chupar…

Tras un amago de adiós que nadie cree, nos entregan «God’s got it», para que a ritmo de boogie blues nos vayamos marchando para casa felices.  ¡Grandes, si señor!

Para los amantes de los datos tocaron 5 temas del nuevo álbum Happiness Bastards, 5 de The southern Harmony and Musical Companion, 3 de Shake Your Money Maker, 3 covers y un tema de By Your Side.

Texto: RedJay.
Fotos:T.Ballesteros


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