
McKINLEY JAMES
«Working Class Blues»
Archive Records. 7 de junio de 2024
No dejaros engañar por el título del álbum, no se trata de un disco de blues al uso, ni mucho menos. McKinley James, de solo 22 años, con pinta de Tintín y blanco nuclear de piel, es un experimentado guitarrista, que maneja a la perfección el lenguaje del soul, blues, rock & roll y los sonidos de la década de los 50. La portada refleja, perfectamente, la trayectoria de su carrera musical, él contactando por teléfono, para saber dónde es el próximo concierto y su padre, Jason Smay, batería de su banda y de Los Straitjackets, durante un largo periodo de tiempo, esperando en el coche, para recibir instrucciones. De esta guisa se han pateado media América y las salas de Europa, escogiendo el Barbara Ann de Barcelona, como sala donde mostrar su talento.
Se trata del primer álbum en estudio del chaval, que ya cuenta con dos Ep’s y un larga duración en directo. No hay que perderle la pista, pues está castigado a ser uno de los grandes, junto a nombres como John Paul Keith, Black Joe Lewis o Sean Costello, músicos que solo tienen la conexión, del manejo del lenguaje de la música negra a su conveniencia, diferentes entre sí, complementarios sin más, en la cabeza de McKinley.
Es por eso que «Movin’» es un blues de carretera secundaria, donde la velocidad va en detrimento de la belleza que se contempla. «Always On My Mind» se ducha en las fuentes de la Motown, enjabonándose con un estribillo sencillo e inocente. «Stay With You» demanda locamente una sección de pitos, que le eleven al universo de las orquestas, pero que se arrepiente y se conforma con una dulce melodía mecedora. «Wait And See» parece sacada de una fiesta de graduación de un instituto de la América profunda, de aquellos que se derramaba whiskey en la zarzaparrilla, mientras el grupo musical, intentaba que las parejas arribaran sexos discretamente, ante la mirada inquisidora de los servidores de la educación y moralidad.
Es un disco completo, que va y viene, sin complejos, que se mueve como pez en el agua, entre el caudal de los géneros negros, tanto que el último tema, «Till It’s Gone», parece robado de la tumba de Sam Cooke.
No te lo pierdas, es reconfortante escuchar músicos jóvenes y sin complejos.
JL Bad


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