ROBERT JON & THE WRECK
XVI ANIVERSARIO DE ROCKSOUND
SALA WOLF
. 26.06.24
Curioso que la gente de Acaraperro-Rocksound, hayan elegido la sala Wolf para uno de los festejos de su décimo primer aniversario, a escasos cien metros del lugar donde se encontraba la mítica sala, y que ahora ocupa un edificio gris, anodino y cargando de columnas estúpidas, aquella esquina mágica, curioso al menos.

Los americanos le están pillando el gusto a Barcelona, y la verdad es que por lo que parece, la ciudad o el público rockero, a ellos, porque el local estaba repleto de acólitos del barbas y compañía. Eran una apuesta segura, pero quizás, pocos esperábamos que se iban a marcar un bolo como el que desplegaron esa noche.

Comenzaron comedidos con «Hold On», porque se trataba de presentar su último disco, Red Moon Rising, el cual se publicaba el viernes 28, pero en la sala, ya se podía adquirir.
Cuando digo comedidos, digo bien, porque incluso el guitarrista, Henry James Schneekluth , se mostró mucho más participativo en las tareas de grupo y menos exhibicionista con su instrumento, sin dejar de lado sus estupendos solos, pero más encajado en el motor de la apisonadora, nada de batallas por libre.
Esa es una de las características principales de este concierto, comprobar que la banda está cohesionada al máximo, no dejan fisuras, con una propuesta sólida, que bien distribuida y dosificada, puede llevar al público a levitar, como sucedió el pasado miércoles.
De esta forma, «Trouble» y «Hey Hey Mama», caldearon el ambiente para la llegada de «High Time» de su cuarto álbum, donde se explayaron en un exquisito groove eterno, que ya no les abandonó en toda la noche. Y aquí, otro punto importante, la inmensa presencia de Warren Murrel con su bajo, este joven, que cumplía años esa misma noche y que como anécdota, nos pidió que cantáramos el happy birthday, para grabarlo con su móvil, se echó la banda a la chepa y se la llevó por donde le daba la gana, qué monstruo, qué templanza, qué brillantez, qué estilo… impresionante. Si aislabas el sonido del resto del grupo y marginabas el suyo en tus tímpanos, podías adivinar cuando llegaba el clímax de las canciones, el solo de guitarra, la parte íntima o medio tiempo, su digitación era perfecta.

«Red Moon Rising», tema que da nombre al disco, volvió a estirarse con alegría y generosidad, con interludio en el cual, Warren, siempre Warren, se reivindicó como motor del combo. En este tema, demostraron que pueden ser una estupenda jam band en directo, que no tienen límites y que los de abajo, nos dejábamos embelesar sin oponer resistencia.
Ni que decir tiene que el juego de tambores y metales de Andrew Espantman, no tiene fisura alguna, o que el teclado de Jake Abernathie, quien además acompaña en coros, es esencial, aunque modesto, para el resultado final.
«Waiting For You Man», desató la locura y las manos le levantaron para impedir que se viera la presencia de los músicos, salvo el gigante de Robert Jon Burrison, que con su sombrero y pinta de predicador de una iglesia pentecostal del Cinturón Católico, lo domina todo, toca su guitarra lo justo, pero suficiente para darle colchón a HJ y sus juegos de mástil. Robert canta, arenga al respetable, le pone la personalidad y en ocasiones sus registros, nos recordaron al gran Ronnie, salvando las distancias. Pero es que sí hablamos de esencias, influjos, reminiscencias, enseñanzas o simplemente background, desde que sonó «Waiting For Your Man» hasta el final del bolo, pasaron por nuestra cabeza nombres como Lynryrd Skynyrd, The Allman Brothers Band, Blackfoot, Molly Hatchet y cómo no, el gran Tom Petty.


Porque la recta final del set list fue pletórica, excitante y agotadora para el cuello y los pies; «Pain No More» y «Don’t Let Me Go», volvieron a tapar el escenario de manos abiertas y gritos guturales. Dejando un momento de relax con «Glory Bound», que fue el descanso del guerrero, se lanzaron a rematar la noche con lo mejor de la cosecha, «Tired f Drinking Alone», el himno «Oh Miss Carolina» y terminar con «Ballad Of The Broken Hearted Man» con una guitarra maravillosa, a lo «Free Bird», que rasgaban el alma y apuñalaba el corazón.
Cómo no se iba a pedir un bis, se tenía que pedir una noche entera, nadie se quería ir, nadie pretendía que aquello se acabara, era el aniversario de Rocksound y teníamos delante la banda perfecta, ¡Más Madera!
Pero no, la noche se finiquitó con un extenso «Cold Night» de cerca de quince minutos, que fue el único bis… me quedé con la misma cara de cordero degollado, que se me puso cuando, unos doscientos metros más abajo, en el antiguo Zeleste, asistí al concierto de Nazareth, y el capullo de Dan McCarfferty, se negó a cantar «Telegram»… y es que todos pensábamos que faltaba «Stone Cold Crazy», un temazo que puede terminar con tus huesos en la más triste de las miserias, pero no, se la guardaron para ellos…
¡Joder, eso no se hace, Robert, eso no se hace!
Gracias por uno de los bolos más auténticos de este año.

Texto: JL Bad
Fotos: Cecilia Blues



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