DR. FEELGOOD
Estraperlo
. Badalona
15.09.24

Nos presentábamos en Estraperlo, para asistir al final de la gira de los británicos Dr. Feelgood, cuatro fechas en nuestro país colgando el cartel de sold out en cada una de ellas. No es que tuviera muchas expectativas por el concierto, de hecho pertenecía a esa legión de los «no son los originales», críticos con todo lo que no consideramos auténtico y preferible, criando malvas bajo tierra. Afortunadamente, la crónica de nuestro compañero y, sin embargo, amigo, Xavi Malacara, del concierto de los británicos en la sala Upload la primavera pasada —crónica aquí-, me convenció de no perderme esta nueva oportunidad.

Curioso, el domingo se cumplían 45 años del concierto de Dr. Feelgood en la Festa del PSUC de Montjuic, donde tampoco actuaron los originales, ya que Wilko Johnson caminaba en solitario y era sustituido por Gypie Mayo. Ese día me los perdí, pues decidí ir al los Cines Aribau para ver el estreno de la película Hair. Mi primera experiencia con los doctores fue en las añoradas Festes de La Mercè, cuando verdaderamente valían la pena, no el truñaco que vienen inventándose desde hace muchos años, demasiados. El 24 de septiembre de 1987, perdí la virginidad de su rock de pub, pre punk, rock de borrachos de bar o como demonios quieras llamarlo, a ritmo de «Going Back Home» y todo lo que vino después —por nostalgia, os dejo el repert de aquel día—. Tampoco eran los originales, si tenemos en cuenta que los puristas, atesoran la teoría que, tras hacer la prueba del Carbono 14, los genuinos son los responsables de uno de los mejores discos en vivo de la historia, Stupidity. Erraron en los porcentajes de la mezcla, pues los originales son Lee Brilleaux —voz, harmónica y guitarra slide—, Wilko Johnson —guitarra solista—, John B. Sparks —bajista—, Terry «Bandsman» Howarth —batería— y John Potter —pianista—, que no llegaron a grabar nada.


Aclarado el entuerto, podía añadir que Brian Johnson no es el nuevo cantante de AC/DC y, aquí habrá quien me lapide públicamente, Syd Barrett no era el genio de Pink Floyd, ni la esencia, ni monsergas similares. Por la misma razón, estos Dr. Feelgood no son falsos, banda tributo o nuevos, pues tienen los huevos pelados de tocar juntos y bajo ese nombre. Sí que es cierto que Phil H. Mitchell —bajista— y Kevin Morris —batería—, son el nexo de unión con el pasado, pues lleva tocando desde 1983, comenzando con Lee Brilleaux. Con Lee, grabaron once discos, que no es moco de pavo, pero tras la incorporación, primero de Robert Kane —1999—, han grabado cuatro álbumes, y finalmente de Gordon Russell —guitarra—, solo han editado el último, Damm Right!, aunque no es menos certero, que Russell ha estado en dos etapas y en la primera, de 1983 a 1989, grabó cinco discos con papá Brilleaux… ¿Cómo lo veis?


Fui el primer sorprendido por encontrar la sala abarrotada y con un público tan heterogéneo, pero es que el rock de pub no entiende de fronteras estilísticas, tribus o géneros musicales, es simplemente alcohol y rock and roll.
No podía empezar mejor la noche, pues nada más salir descargaron un contundente «Baby Jane», cover de maravilloso y triste Alan Wilson de Cannet Heat, seguido del clásico «All ThroughThe City», donde el público arrancó a saltar y bailar, sin parar en toda la noche.
El sonido de P.A era excelente, pero el de monitores era de un volumen tan atronador, que tuve que abandonar la primera fila con «She Does It Right», para refugiarme tras la barrera humana. Robert Kane debía pensar lo mismo, pues no dejaba de pedir que se bajaran los chivatos, que acoplaron en varias ocasiones hasta que, con «Mary Ann» se pudo solucionar el problema. Precisamente ese tema y «Damn Right I Do», fueron los únicos que sonaron del último álbum, el resto del repertorio se decantó por los clásicos de la banda, pero la mayoría interpretados como las versiones registradas en los discos Repeat Prescription: New Versions Of Old Favorites y su último directo, Live In Caen.


La banda iba a degüello, sin pausa y a toda velocidad, Taking no prisoners. No concedían tiempo ni para cambiar de mano la cerveza, y el público lo agradecía, participando a destajo en las colaboraciones no solicitadas, pero recibidas con entusiasmo. De esta forma llegamos a la mitad del concierto y con «Back In The Night», que la voz del gallinero apagó la Kane, que rendido a la evidencia, alargaba el pie de micro al respetable, y con ello desató la locura generalizada, más si cabe cuando sin apenas dejar sonar las palmas de aprobación, sonaron las primeras notas de «Roxette».

Rockabileros, moteros, heavies y algún que otro punkie, chocaban con calvos entrados en edad, chicas pin up, melenudos o pre alopécicos con gorra como servidor, era imposible mantener la cerveza en el vaso y lo más inteligente era beberla rápida, antes de derramarla en el hombro de otro. La recta final fue de fiesta etílica en un pub de Canvey Island, hasta el punto que un desubicado y con algún síndrome mental severo, se le ocurrió la gracia de lanzar un vaso con cerveza al escenario, afortunadamente su estado de embriaguez o en su defecto miopía rígida, ayudaron a que errara el disparo.

Gordon Russell, entusiasmado, se abalanzaba a primera fila en cada solo ejecutado, alguno muy largo para mi gusto, el cara de pocos amigos Phil H. Mitchell, sonreía de oreja a oreja, el pobre Kevin Morris, castigado como todos los baterías a no dar la cara, no tenía tiempo ni de saludar, mientras que Robert Kane, que no es precisamente un portento con la armónica, se hizo más kilómetros que Tom Hanks en Forrest Gump, cargado el show en su espalda y llevando al público por dónde él deseaba.

Terminó el bolo con una apabullante «Gimme One More Shot», que presagiaba un bis obligatorio, pero no el que esperaba la banda. Pocas veces en sala, he visto pedir con tanta insistencia el bis de rigor, a la vieja usanza, es decir, echando el pulmón por la boca con el ¡Oeee! ¡Oeee! ¡Oeeeeoeeeoeee!, hasta tal punto que al salir de nuevo al entarimado de Estraperlo, Russell, móvil en mano, estuvo grabando al público, mientras que Mitchell bailaba y coreaba, en un video que podéis ver en su Facebook.

Un extraordinario concierto de Dr. Feelgood, que finiquitó con «Riot In Cell Block #9» y un arrollador «Route 66», dejando un domingo perfecto a la salida de Estraperlo. Cuando regrese Dr. Feelgood, que lo harán, no te lo pierdas, y déjate de cantilenas de esto y lo otro, seguro que coincidimos chocando hombro con hombro.

¡Joder! ¡Cada día me gusta más el rock de los borrachos del pub!
¡Lo necesitaba!
Texto y fotos: JL Bad


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