Luke Winslow-King Band
VI RootSound Fest.
Sala Upload, Poble Espanyol

13.10.24

¿Cómo se puede terminar una semana de la mejor manera posible? Naturalmente, si descartamos el sexo, sintiendo el placer de ver buena música en directo, claro que, si tienes las dos cosas, eres un ser privilegiado.

Pero dentro del regocijo y sus diferentes formas de satisfacción, amigos o enemigos —que abundan más—, lo del domingo por la noche en la sala Upload, es lo más parecido al paroxismo, tanto corporal como espiritual. De entrada y sin venir a cuento, ya lo enmarco entre la decena de mejores shows de este año, por la calidad musical, por la entrega de la banda y la retribución enérgica del público, que dicho sea de paso y definición bastante manida, pero cierta, creo una comunión perfecta, durante cerca de noventa minutos que duró el show.

De entrada, la asistencia fue bastante buena, siendo el día que era, que la gente se acomoda en el sofá de casa tras el vermut dominguero, a más a más, el último día del Festival de Blues de Cerdanyola, que presentaba una competencia de gran calado, nada menos que con The Big Easy Crew y Travellin’ Brothers, completamente gratuito, factor que encandila a la parroquia blusera catalana. Sin decir que el domingo alarga las distancias de una manera fulminante, sobre todo si eres de fuera de Barna y obrero, es decir, madrugador por necesidad, que no por gusto.

Pero querido lector, la ocasión la pintaban calva, y no era cuestión de perderse una cita con dos genios de la música americana como son Luke Winslow-King y Roberto Luti —dúo que pudimos disfrutar en el Blues i Ritmes’21—. Me hubiera estado dando cabezazos contra una farola, si alguien me hubiera contado lo ocurrido en ese rincón del Poble Espanyol, mientras yo estaba practicando la inoperancia onanista que me caracteriza. Como muestra, no un botón, una cremallera gigantesca, este video.


Para más inri, se presentaban con banda, por si alguien pudiera estar dudando, posibilidad que no entra en mis esquemas de posibles de divergencias mentales. El bajo era propiedad de Simone Luti, hermano del guitarrista, y la batería parapetaba al simpático Piero Pereli. Venían del sold out de Madrid, vía Valencia y a día de hoy, les quedan unas cuantas estaciones, antes de lanzarse a Europa —sigue comenzando en los Pirineos, por lo que se ve—.
El de Michigan, afincado en Calatayud, gira para presentar el flamante álbum Flash-a-Magic, y distribuyó el set list con él como hilo conductor. De esta forma, flotaron en el ambiente seis temas de dicho trabajo, entre los que destacaron «Howl Could I Forget» y «Black Eyed Gypsy», por su belleza, así como «Ave (Steel Rail Angel)» y «Everywhere You Go There You Are» por su fuerza.
Antes de seguir, cabría aclarar, que si bien la buena salud de un directo se mide por el crecimiento de los temas, en relación con el disco, esa noche, en ocasiones era abismal, con una riqueza y duración superior. Interpretaciones antológicas, lo mires como lo mires.

Winslow-King se estaba divirtiendo, eso se notaba, y manifestaba una relajación entrañable, cambiando de guitarra o pandereta con parsimonia, dejando el protagonismo a la guitarra de Roberto Luti, que para mí, se erigió como el auténtico chamán de la noche, elevando los temas al umbral de lo inalcanzable, y procurando al respetable micro ictus de alma, cada vez que se arrancaba con rabia a las seis cuerdas. No cabe duda que el verdadero brujo de esta historia es Luke, pero con Luti consigue que sus composiciones entre en otro estado de felicidad imperecedera. Durante toda la noche las cuerdas de la guitarra recorrieron la pentatónica de manera maravillosa, con la cejilla marcando órdenes desde medio mástil, con un estilo espasmódico, en ocasiones visceralmente convulsivo, como poseído por Satanás. El folk y country, era arengado por los ramalazos de blues virulento de Luti, en una conversión mágica y luciferina por igual.
Renglón aparte eran los duelos de euforia y guitarra de los dos protagonistas.


If These Walks Could talk, el álbum de 2022, se llevó la emoción de cinco temas, y es que el repert deambuló por sus dos últimos trabajos de forma contundente, y en ocasiones plácida. «Leaves Turn Brown» hizo brotar la piel de pollo en el gallinero, que guardaba riguroso silencio en los temas más relajados y sentimentales, volviendo a demostrar que el silencio, forma parte importante de la música. También emergió, como final del concierto, una rockera y dura «Have a Ball» tras la que Luke se fundió entre el público repartiendo apretones de mano, abrazos y besos, de camino al puesto de merchan, mientras que la banda cerraba la noche.

I’Glad Trouble Don’t Last Always de 2016, el mejor disco de Luke Winslow-King, según mi modesta opinión, se representó con tres temas, con «On my Way» como buque insignia, pero olvidándose del colosal «I’Glad Trouble Don’t Last Always», que da nombre al disco. Totalmente perdonado, por la inclusión de dos dardos venenosos como «You Got Mine» de Blue Mesa de 2018, más «Swing That Thing» de Everlasting Arms de 2014. Todo ello rematado con una maravillosa versión del «Bukka’s Jitterbug Swing» de Bukka White. Una noche espléndida de domingo, de las que hay pocas… ojalá todas las semanas terminaran así. Si la gira pasa por tu ciudad, no te la pierdas, la ocasión la pintan calva.
Texto: JL Bad
Fotos: Teresa Canturri


Descubre más desde BAD MUSIC RADIO

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde BAD MUSIC RADIO

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo