BAD MUSIC RADIO

HeavyDrunk & Watermelon Slim
The Waterfront Studio, Norwich. 8/10
The Portland Arms, Cambridge. 9/10
Off the Cuff, Londres. 12/10

Conocí personalmente a Watermelon Slim en mi gira por los USA del 2022. Esa noche yo tocaba en el Blues Berry de Clarksdale, donde Slim actúa habitualmente. Me recibió con un gracioso español, mezcla de italiano. A él le encanta departir con cualquiera y siempre está dispuesto para echarte un cable. Al día siguiente coincidimos en el escenario de una de las Jams diarias del Hambone. Fueron solamente dos jornadas en Clarksdale. Suficientes para reconocer al genio y a la figura del bluesman más auténtico que he visto sobre un escenario. Dicho esto, tuve noticia de que venía con banda en gira por UK. Así que me pillé un Ryanair y tickets para tres fechas de las seis que iban a realizar por Reino Unido y pude disfrutar de los más alucinantes conciertos de Blues a los que he asistido.

La gira se anunciaba como HeavyDrunk & Watermelon Slim con la compañía de John Allouise al bajo y Bryan Shaw a la batería. Base rítmica de lujo. No he visto un batería de blues tan completo como Bryan. Me contó que ahora vive en New Orleans, pero que toca habitualmente con Slim. Algo que se puede notar enseguida, pues lleva, muchas veces, la batuta del show. También coincidí con John en la Jam de Clarksdale. Tocaba el washboard en aquella ocasión. Junto a Bryan hacen un combo impecable y contundente. Estos dos hacen que todo parezca fácil y da la sensación que hay más músicos en escena. Bryan es de sangre caliente, todo pasión. John, por el contrario, es frío como el hielo. No falla una y nunca mira el mástil de su bajo Fender.

La primera noche en Norwich tocaban en The Waterfront Studio. Sala mítica por la que han pasado desde Nirvana a Paul Weller. Abrió la velada Leonardo Giuliani. Un joven bluesman británico llamado a hacer grandes cosas. Clásico y académico con la guitarra, ofreció un setlist diferente en cada show.
Mientras tocaba Giuliani, Slim tomaba cerveza en la barra. Así lo hizo cada noche. Pinta en mano, hablaba con cualquiera. Mientras, el resto de la banda permanecía en el camerino. Y así comenzó la primera noche. Slim a la izquierda tocaba un dobro que permanecía horizontal sobre un flightcase, Drunk en medio. Ya en los primeros compases del primer tema, Hard Times, Slim desenfunda todas sus armas. Domina todos los palos y movimientos del espectáculo. El es el espectáculo. Interpreta, actúa, canta, toca y todo lo hace bien. Es una puesta en escena novedosa, moderna, que no pierde la buena tradición de una banda de blues. El slide de Slim es sobrecogedor, las armónicas, desperdigadas sobre el flightcase, tremendas. Drunk tiene un sonido impecable y cede protagonismo a su colega. Tengo la sensación de estar en un circo con dos carpas.

De una, Slim y su inacabable show. Te explica una historia para presentar el siguiente tema, te escenifica la letra, invoca a los dioses y al diablo con su mano derecha. Se viste, según la ocasión, de gentleman británico o de gitano del Mississippi (si es que se puede decir así).

En la segunda carpa de este maravilloso circo, la banda. No bajan la intensidad en ningún momento. Fieles a la causa, se anticipan y siguen el guion que les marca Slim. Insuperables shuffles y arreglos perfectos.

Sorprende que el ingobernable y ácrata Slim mantenga noche tras noche la disciplina, el mismo orden y el mismo guion. Un show perfecto y rodado que se repitió las tres noches. Fantástica la versión de Smokestack Lightning (H. Wolf). Increíbles las interpretaciones de Wheel Man o Call my job. No tienes tiempo de distraerte. Drunk interpreta piezas magníficas con la voz, Sittin on the Dock of the Bay entre otras delicatessens. Slim se mezcla entre el público para tocar su armónica. La segunda noche, en la sala The Portland Arms (Cambridge) mismo guion y conexión total con el público. Esta vez Slim luce una Ivy Cap (gorra inglesa) y ofrece su versión más british, ironizando con la formalidad británica. Explica que su padre luchó en el 41 contra los Nazis. Lo que arrancó una fuerte ovación. Se burló también de la fábula del cruce de caminos y recordó que Muddy Waters fue su mentor.

Ya en Londres, en la sala Off the Cuff, asistí a una entrevista para un canal de televisión británico. Slim y Drunker respondían animadamente las preguntas de la periodista. Hasta que Slim dijo que venían de gira por España y se armó un revuelo, pues parece que yo no era el único español en la sala. A lo que Slim se vino arriba y la lio parda con su otra vez divertido español-italiano. Y es que este tipo siempre se apunta a una juerga. El bolo, magnífico de nuevo. Sala a reventar y público entregado hasta el final.

Para acabar, os puedo decir que para mí ha sido el mejor espectáculo que he visto en tiempo. Es auténtico, genial y creo que representa como nadie la tradición y la modernidad del Blues. Asistí a tres conciertos y seguiría asistiendo a unos cuantos más. Si podéis, no os perdáis las actuaciones de este mes de octubre en España.
Texto y fotos: Xavi Malacara