DOCTOR EXPLOSION
Sala Upload

20.12.24

La última vez que disfrute de la compañía de Doctor Explosion fue en Santa Coloma de Gramenet, con un cartel para enmarcar, dentro del Sintonizza de hace dos años, acompañados de Radioactivas, Los Chicos y MFC Chicken; si no me equivoco esa fue la última visita por estas tierras, por lo que era lógico la expectación propia y ajena a la cita de este viernes por la noche, víspera de las musicales despedidas del asqueroso 2024.

Con una sala llena de acólitos repletos de canas, sombreros o gorras para tapar la consabida alopecia generacional, y con una hora de diferencia entre la que nos convocaron y la de comenzar el show, salieron Jorge y los suyos a escena.

A esa hora, el respetable había dejado de serlo en su gran mayoría, gracias a alcoholes y otros aditivos pertinentes, que si bien no eran necesarios para la ceremonia, mandan con viento fresco las buenas costumbres y proporcionan una pizca de locura, para de esta forma alcanzar la que tiene, desde que se cayó en la marmita, Jorge Explosion.

La banda salió a por todas, con la intención desde el inicio de un pirómano con un zippo y un bosque reseco a sus anchas. El gran ambiente de público dejaba espacio para remover el esqueleto e incluso poder hacer algún “status quo”, sin tirarle la cerveza al prójimo de un cabezazo, porque con la melena era una utopía. Tal y como dijo el showman del escenario: «Me gusta tener un público tan joven»; sarna y recochineo incluido, abriendo el tarro del humor ácido que no se cerró hasta que no terminó el concierto al cabo de hora y media.

Los de Xixón tienen un repertorio que puede demoler al más pintado, por su calidad, excelencia, energía y virulencia armónica, digno de poner patas arriba cualquier sala y Upload no iba a ser menos.  Al listado de canciones que todos sentíamos que era de obligada interpretación, estaba la inclusión del último single, con dos temas en catalán, «Ves-te’n si us plau» y «Perdo l’esma», que sonaron de intachable normalización lingüística y encandilaron al público, demostrándolo con humo de palmas y gallos desafinados en forma de gritos guturales.

Pero tras la novedad catalana de los asturianos, se escondía un tesoro a disposición de todos los piratas congregados. «Drácula Ye-Ye», «Basura», «Ella no eres tú», «Vivir sin ti», «Chesterfield Childish», «Insatisfacción», «Vestir de mujer», «El día que David Bowie murió», «Sucio Roberto» o «Vivir sin civilizar», son demoledoras. La banda demostró que el nombre de «30 Aniversario. Vivir sin civilizar tour», es muy digno para la condición del frontman y conductor de la máquina.

Jorge estaba exultante y parecía Atila arrasando con todo, se bajó a la olla para tocar entre la poco respetable concurrencia, pues hacía rato que se habían perdido todos los papeles y alguna chaqueta. Se subió en la barra del bar, le dio un viaje con el mástil de la guitarra al techo de la zona baja de Upload, sentó al público, lo mando callar, saltar, berrear y cuando todos pensaban que ya era bastante castigo por el pecado cometido, les puso en fila india para montar una conga comanchera, que dio la vuelta. La sala y salió al frío húmedo del Poble Espanyol, donde solo faltó la hoguera y un buen sacrificio humano, como mandan los cánones, para una vez que todos habíamos agarrado una buena pulmonía, introducirnos en el calor del interior, que oiga usted, se me empañaron las gafas y algo más que me guardo, para terminar el tema encima del escenario, como si nada hubiera pasado.

 

La fiesta continuó de forma irreversible, con una banda que transpiraba buen humor y demostraba que se lo estaba pasando mejor que nosotros, tarea ardua complicada. Las explicaciones de cada tema, ya eran una auténtica juerga, pero el listado de temas es insuperable: «Eres feo chaval», «La Chatunga», «Paleto» —que no tenían previsto, pero incluyeron a petición o amenazas populares—, «Grises» o «Soy un truhan, soy un señor», tema donde encuentran la conexión entre Muddy Waters y Julio Iglesias, que haberla hayla.

Cerraron una noche maravillosa, uno de los mejores conciertos de este año, sin duda. Salimos de Upload sudorosos, satisfechos, renovados, espitosos y muy, pero que muy agotados físicamente, porque lo que se dice mental y espiritualmente, estábamos a tope, con un reciclado interno que solo la música puede realizar, porque esta vida sin música sería un tremendo error.
Texto y fotos: JL Bad


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