BAD MUSIC RADIO

Festival de Blues de Santa Coloma
James Vieco & Claudia Gonzalez
Blu Music Bar, Santa Coloma de Gramenet
23.02.25

Se cerraba la doceava edición del Festival de Blues de Santa Coloma de Gramenet, conocido popularmente como el Santako Blues, y el cierre estaba programado en el Blu Music Bar, antiguo Línea Uno, que ya de entrada, me llevé la sorpresa de que había mejorado mucho en el sonido, algo que es de agradecer.

Asistir a un concierto de dos personajes como James Vieco —Saturna, The Elven y mil aventuras— y Claudia González —Cachemira y Rosalie Cunningham entre otras bandas—, es sinónimo de calidad musical, pero no esperaba tanto, y mucho menos después de saber que Claudia arrastraba problemas de garganta. La otra curiosidad es comprobar como afrontaban el blues, pero se disipó rápidamente al presentarse y dejar claro que ellos iban a hacer rock, country… lo suyo.

De esta forma comenzaron con el «Mustang Sally», que popularizó Otis Redding, pero con un aire más sureño, pintaba bonita la noche, pero continuó mejor al atacar The Allman Brothers y el clásico «Midnight Rider»; fantástico con la voz grave de Vieco y un bajo predominante que no se dedicaba solo a colocar la base rítmica, por la ausencia de batería, las cuatro cuerdas punteaban arpegios y melodías constantemente.

Pocas cosas podrían superar el nivel de entrada, pero claro, si colocan a traición «Cinnamon Girl» de Neil Young, la cerveza se calienta entre las manos. Claudia estuvo espectacular toda la noche, haciendo arreglos en los temas, con cachivaches de diferente índole, pero cuando sacó la flauta travesera, el público que casi llenaba el Blu, entró en un letargo silencioso, que se rompió en ovación al comenzar a cantar «Jolene» de la grandiosa Dolly Parton… Dónde quedaron los problemas de garganta de Claudia, qué voz; los pelos como escarpias, oiga.

Para decir la verdad, la guitarra de James Vieco era de todo menos armoniosa con la música, pero «el aparato» como le llamo el propio dueño, era capaz de sacar loops de guitarra, que ayudaron a profundizar algunos temas. El concierto iba in crecendo y el público completamente entregado al ritual. Así fueron desgranando la euforia colectiva a mazazos de clásicos de la música americana, que si bien no eran específicamente blues, todos ellos nacieron a consecuencia del mismo. Ya lo dijo Muddy Waters, «El blues tuvo un hijo bastardo y lo llamaron rock and roll», ¡Yeah!
«Stone Free» de Jimi Hendrix, elevaba el listón de la noche a lo más alto, tan solo comparable al placer de sentir la cerveza fresquita resbalando por tu gaznate. La guitarra de Vieco echaba chispas, aunque para mi gusto estaba muy baja y en ocasiones perdía la batalla con mis acúfenos.
Volvieron a dar otra lección de maestría al ponerse delante de Black Sabbath y encarar a la perfección «Changes» del Vol. 4, sin piano, pero con una ejecución portentosa, unos coros brillantes y una voz principal de Claudia, prodigiosa.
Pasaron por encima de The Beatles, Free, que al fondo alguien gritó AC/DC, al confundir de propietario los riffs de guitarra de «All Right Now», y mis queridos Pink Floyd, aunque fuera con «Another Brick In The Wall, Part.2», y creo que finalizaron con The Black Keys, pero no me hagáis caso, mi neurona estaba demasiado excitada.
Una gran velada de música que forma parte de nuestra historia, o al menos de la mía. Tan solo apuntar que Vieco ejecutó, en alguna ocasión, solos de guitarra acompañados de voz, y claro, uno piensa, que magnífico hubiera sido que, por casualidad, alguien llevara un talk box en el bolsillo, pero no fue así.
Todo lo bueno tiene un final, así que volvemos a la jungla de asfalto, porque cruzar Barcelona un domingo por la noche en transporte público es peor que un dolor de muelas.
Texto y fotos: JLBad