BAD MUSIC RADIO

KING SAPO
El Dios de América
King Sapo
7. 03.25

Vaya maravilla de disco se han sacado de la chistera King Sapo, que representa la mejor entrega de su primera trilogía, demostrando una evolución progresiva, desde el rock de los setenta de su debut, Niño Gurú, hasta el sonido noventero de este El Dios de América, dejando el espectacular Sexo en Marte como puente intermedio entre ambas tendencias.
Pero vamos por partes, como bien decía Jack el Destripador. Se trata de un disco muchísimo más contundente que los dos anteriores, aunque se ve reflejada en algunos temas la psicodelia que tanto les caracteriza, en esta ocasión está agazapada y no desarrolla atmosferas que en otras ocasiones nos han hipnotizado. Es un trabajo que apuesta por el directo, pues todos los temas parecen pensados para defenderlos en vivo, con una contundencia y energía que es directamente proporcional a la corta duración del mismo -poco más de media hora-. Quizás este equivocado -como siempre-, pero me da la sensación que esa nebulosa de urgencia y virulencia sonora, es debida a la fuerza con la que empuja la batería de Ramiro empuja, y coño, cómo empuja en este disco, imprimiendo una necesidad de seguirle que podría llevar al desequilibrio, pero que en esta ocasión, la banda cabalga a lomos de un auténtico pura sangre árabe, con resistencia, velocidad, lealtad, elegancia y gracia. 

Lo segundo a destacar, es el amplio mensaje que deshojan en el disco, desde el capitalismo caníbal, hasta las enfermedades mentales, la desconexión del individuo, la desconexión con el más allá, llámale fe, Dios o como narices quieras, incluso hay letras que puedes identificar con el momento actual de locura que vivimos… fantástico.

Dos colaboraciones importantes, Carlos Tarque en la poderosa «Hasta Nunca» tan desgarradora como pudo ser en su día «Libre» de Niño Gurú. Donde las dos voces, muy diferentes, se complementan espectacularmente, mientras que la banda ruge como una loba en celo detrás. La segunda colaboración es la de Gabri de la banda Shinova, cantando junto a Jesús el tema «Tren en una postal», una canción de derrota y esperanza, que suena de forma encantadora a Temple Of The Dog, con aquella dualidad de voces entre Vedder-Cornell, pero que aquí es Jesús y Gabri -estupenda y resolutiva interpretación-.
El resto del álbum no tiene ni un solo resquicio a la monotonía, y camina de sobresalto en sobresalto. «Llegado aquí» perturbadora revelación de falta de fe; «Invisible» con fragancias y esencias de una banda en estado de gracia, sonando endiabladamente a Audioslave, para seguir en los aires contaminados de Seattle años noventa, con «Holograma». Cambio de registro es «Polución» que no necesita buscar explicación, viene explícita en el mensaje y donde los coros rompen la dureza de batería y bajo, con un solo de guitarra que parece salir de las profundidades del infierno, tras haber tocado un blues con Satanás. No me olvido del segundo surco, «No terminó» donde los coros blues, vuelven a domesticar un tema salvaje a lo King Sapo, que a buen seguro machacará tímpanos en sus conciertos, como «El Dios de América» que puede ser cualquiera de los dos nazis que están en el poder -el del pelo zanahoria y acosador de mujeres y el hijo de esclavistas sudafricanos que explota cohetes y coches horrorosos-, pero puede ser el dinero, el sueño americano… lo que más odies. Un temazo que comienza con un riff muy Stones, y que poco a poco se va endureciendo, proporcional a la denuncia del texto, en el cual la guitarra es antológica.

Y como colofón y guinda del pastel, el bonus track, el blues olvidado de la blues woman Vera Hall, «Trouble so Hard», que fue grabado en 1937 por John Lomax, y que el patético Moby, realizó un sampler de su voz para su mayor éxito «Natural Blues». Versión que ya hemos escuchado en sus conciertos y que rinde perfecto homenaje a una gran mujer.
Lo dicho, lo tengo claro, es la mejor entrega de King Sapo… hasta la fecha, porque esto no ha hecho más que comenzar.

JLBad