DOPEMANCER
ZHARZHA
Laut
, Barcelona
3.05.25

Primer concierto de un mes de mayo que pretende ser de infarto en lo referente a la música en directo. De nuevo compitiendo contra el futbol -la madre de todos los males-, la entrada no reflejaba la calidad de la propuesta, con menos de un centenar de personas, en una de las salas que más me gustan, por su sonido y visibilidad, que además esta noche de sábado contó con un excelente juego de luminotécnica.

Comenzó la noche el power dúo Zharzha, anteriormente conocido solo como Zarza, a quien ya pude ver en algún concierto de Rocksound, si la memoria no me pierde. Complicada propuesta, defendida tan solo por un bajo y batería, con la inclusión de una flauta travesera en un tema. Energía a raudales, eso no se les puede negar, reduciendo la ausencia de más instrumentos con visceralidad y una forma de acribillar las cuatro cuerdas que en ocasiones suenan como una guitarra distorsionada.
Las melodías de voz me recuerdan a una mezcla de tonadilla campestre y rondalla medieval, acentuado el dilema con «una oda dedicada a nuestras abuelas jornaleras de la aceituna», tal y como presentó Marta, a la postre vocalista y bajista.
Propuesta muy interesante si vas con las orejas limpias y dispuesto a escuchar, no tan solo oír, que es lo mismo pero no es igual.

Descanso más bien largo, que aprovechó media sala para salir a fumar a la calle, y este reportero tribulete para hablar con don Antonio Celeirock de lo mal que estaba la escena rock barcelonesa, conversación a la que se unió Max ErickssonThe Mothercrow, Saturna-, aprovechando la fumata generalizada.

El sampler disparado nos anunció que comenzaba la misa luciferina de la noche, y al poco rato dispusimos de la suficiente información para asegurar que iba a ser una gran velada, pese a la reducida asistencia.
La banda publicó en abril del año pasado su Ep Satanic Psyschotropic Influences, un trabajo que acumula atractivos más que sugerentes, doom, stoner, psicodelia, paganismo, gusto por el cine de serie B y contundentes mensajes luciferinos… ¡Qué más puede pedir un seguidor de la bioluminiscencia como elemento de rebeldía y distorsión!


Musicalmente, puedes encontrar referencias a Black Sabbath, que sería lo más asequible, pero de fondo están las enseñanzas de Electric Wizards y si rascas encuentras referencias a Black Widow, Samsara Blues Experiment, Wichthroat Serpent o Belzebong. Todos ellos se mueven en los mismos parámetros del Satanic Stoner, alargando el brazo de los pioneros y actualizando su sonido.

En el caso de Dopemancer, podemos encontrar una psicodelia de background muy importante, que le proporciona una personalidad fuerte y propia, con desarrollos guitarreros pertinentes, incisivos, difundiendo riffs psicotrópicos en abundancia. Hubo pasajes del show donde me recordaban los directos de Pentagram y en otros al proto-metal de Dopelord con los que comparten el dopaje de la voz, a base de reverd y delay exagerados.

Una banda con las cosas muy claras, contundente a la hora de ponerlas en práctica y solventes en su ejecución, anteriormente como trío, ahora fortalecidos como cuarteto al añadir una segunda guitarra, que desgraciadamente no puede reconocer el nombre, puesto que Litus, guitarra, sampler y voz, no muteo el delay a la hora de presentarlo, con lo que cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. La poderosa batería estaba comandada por Molina, mientras que el bajo es propiedad de Nat, quien al parecer tuvo algunos problemas de monitores, inapreciables para el resto de la sala.

Lo negativo, en mi modesta opinión, fue el exceso de samplers, que en algunos casos sonaban sueltos, sin apenas notarse como intro de algún tema, más bien como cuñas radiofónicas de separación; el excesivo humo desparramado en la sala, que recordemos surge a traición, desde atrás del público, no en el entarimado; más la presencia de un grupo de «graciosos», que tras estar hablando durante todo el bolo, se erigieron en protagonistas del final; es la primera ocasión que escucho a un tipo del público llamar «hijos de puta» al resto, porque no se comportan con la música como él piensa. Impresentables, que jodieron el final del bolo a muchos, y que seguramente por eso no se solicitó un bis, que la banda merecía con creces.
¡Lástima!, la educación y el respeto son bienes de escaso uso.

Texto y fotos: JL Bad


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