MICHAEL SHENKER
MY YEARS WITH UFO. 50Th Anniversay Celebration Tour
Apolo
, Barcelona
5.05.25

Un lunes lluvioso, diluviando más bien, fue el día que nos tocaba disfrutar de un género y músicos no muy apreciados entre las nuevas generaciones y, a menudo, defenestrados por antiguos seguidores por aquello de estar en sintonía con nuevas tendencias. Algo que observo ocurre, sobre todo, en Barcelona

La sala Apolo, no obstante, casi alcanzó el sold out para ver a Michael Schenker en su nueva gira. Eso sí, con cierto susto en el cuerpo entre los asistentes por la ausencia imprevista, tras el concierto de Pamplona, del vocalista Erik GrönwallH.E.A.T, Skid Row– por enfermedad familiar. Fue sustituido en un tiempo récord por Roberto Dimitris LiapakisMystic Prophecy, Steel Prophet, Devil’s Train y Valley’s Eve– pero el reclamo era impresionante e ineludible para muchos de nosotros, que estábamos  llamados por Michael para celebrar los años de su paso por UFO -1972-1978-, seis años que dejaron un preciado background musical y lo hacía de la mano de su banda habitual en las últimas giras. 

La equiparación de los horarios europeos de conciertos es cada vez más visible en nuestro país -lástima que no sea en ámbito de sueldos y jornadas laborales! – y hace complicado asistir a un concierto que empieza a las 18:30, sobre todo si vienes de fuera de Barcelona. Por eso obviaremos los dos grupos acompañantes, Gut’s y Human Zoo que no alcanzamos a ver, pasando directamente al plato fuerte de la noche.

Apareció Michael, cada vez más sonriente por cierto, con su atuendo siberiano en la cabeza, pañuelo al cuello y camiseta sin mangas, típico y tópico de sus últimas visitas. Sonaban los primeros acordes de «Natural Thing» con Michael meciéndose y la voz de Liapakis engranaba sin problemas, algo gruesa y grave, pero en su sitio y bien. En ese momento todas las miradas del público se las disputaban entre él y su jefe a las seis cuerdas. Y es que había un evidente y exhaustivo examen del público a lo que era su segunda aparición como vocalista en la gira. 

Se movió bien en el escenario, con soltura, sin gesticulaciones excesivas y desprovisto de grandilocuentes posturas que muestran algunos cantantes del género, sobre todo de ese rango de edad. Y eso, amigos, era más que suficiente para una servidora, si es que lo mantenía por el resto de la noche. 

Acometieron el segundo tema, «Only You Can Rock Me Baby» anunciado por los riff iniciales mecidos entre la piernas de Michael. Pura melodía en el fraseo del solo y Liapakis seguía en un buen papel. Sin darnos casi respiro, sonó la carrera que inicia «Hot’n Ready!», coreada de principio a fin. Cierto que sonó más grave de lo que requiere el tema en el estribillo pero ni tan mal, oigan. Complicidad entre Michael y Steve Mann, interactuando este último con mucha solvencia. 

Un murmullo generalizado se alzó entre el público al escuchar las primeras notas y los preciosos armónicos de «Doctor Doctor» secundados por los teclados de Mann. Fue una intro cantada desde la primera nota. La batería de Bodo Schopf bien respalda por el bajo de Barend Courbois, que estuvieron muy en el sitio toda la noche, anunciaba el inicio del cambio en el tema y.. todo dios a saltar! mientras Schenker se mecía al mismo ritmo con el que había  empezado la noche. 

Curioso el hecho de interpretar «Doctor Doctor» en cuarto lugar y es que cualquier otro músico la hubiera colocado finalizando el show para arengar al respetable a vociferar un bis, o simplemente como traca final pero Michael nos reservaba un repertorio sin fisuras y sin necesidad de guardar cartuchos. Allí estaba Liapakis con las primeras estrofas de «Mother Mary», el set list era un no parar de temas icónicos firmados por Schenker y cómo se deslizaba por el mástil y… como sonría! se le veía feliz. Después de «I’m a Loser» vino «This Kid’s», y Schenker seguía meciéndose para llevarnos a su antojo por el mástil de su Flying V y Mann le replicaba a las teclas. 

Turno después para la coreable «Lights Out» con Liapakis cumpliendo. Lo de este hombre es digno de reseñar. No cualquiera se puede meter de la noche a la mañana en una gira ya empezada, sin ensayar ni un puñetero tema, junto a una banda llena de clásicos que se conoce todo fan de arriba a abajo, aprenderse las letras y hacer un papel más que digno. Todo mi respeto por mucho que tuviese que leerse algunas letras o pudiese perderse tras el solo de «Rock Bottom». Por cierto, buenísimo! y donde no faltó el famoso juego con el tono de Michael y vaya si rompió toda la distorsión, la hizo vibrar e incluso doblarse.

Seguíamos el recorrido por el universo UFO, y qué bonita sonó por ejemplo «Love to Love» y qué desarrollo tan impecable se marcó Schenker en ese tema, por momentos sonando a música de cámara. Lo tenía delante y tan pronto volaba, como plumeaba en el mástil. Impecable, al igual que el siguiente, maravilloso, el que marcó en «Let It Roll»

La banda estuvo plenamente solvente, destacando la dualidad con Steve Mann en la segunda guitarra y el teclado, que intercambió algo más que complicidad con Schenker. Y es que no es fácil estar a su estela y participar de sus escalas y melodías con altura y solvencia. Mantuvo su propio estilo y lo supo adaptar al universo UFO al mismo tiempo que con su teclado apoyaba sutilmente la voz de Dimitris, ya más cansada hacia el final del show.

El set list estuvo lleno de momentos álgidos y hasta el «Too Hot To Handle», a modo de despedida, nos mantuvo plenamente rendidos a la regresión a esa maravillosa época plagada de temas imprescindibles.

Hablemos siempre de música y de lo que pasa en el escenario, no de las preferencias personales y de comparaciones burdas con las formaciones de los discos que uno atesora en sus estanterías. 

Esta era una celebración de Michael a sus años con UFO– la friolera de 52 años- y la hace con los músicos que le sale de la punta del mástil y por cierto, en un estado de forma excelente. Lo hace de la mano de su personal sonido, usando  una Gibson Flying V -como ya hizo en la pasada edición del Rock Fest, dejando la Dean de los últimos tiempos – con un Marshall JCM para volver a sus años con UFO como no podía ser de otra forma. Ese era el sonido que debía estar presente en el ambiente y lo estuvo! e impregnó el alma de los que sabían lo que iban a ver: el paso de un tipo excepcional por una banda, con tan solo 17 en la época que lo reclutó UFO y con una capacidad creativa y una forma de autoexpresión fuera de serie y que merece, siempre, más respeto. 

Bajó a los infiernos durante algunas épocas pero ahora nos transporta directos al cielo. 

Visto lo visto, sabiendo que con esta gira mundial Schenker se va a volver  a colocar en una cierta pole position del hard rock, y habiendo declarado en varias ocasiones que no descarta la posibilidad de una gira conjunta con los miembros vivos de UFO,
quién sabe si podremos ver una última vez el platillo volante comandado por Moog y Schenker, mano a mano. 

Quizás así se hable solo de la música que emana del escenario en cada ocasión. 

Texto: Lady P
Fotos: DBruc, JL Bad


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