BAD MUSIC RADIO

DUEL
Club Sauvage, Barcelona
8.06.25

Tenía muchas ganas de ver, por fin, a esta banda de Austin, Texas, culpable de algunos discos que resuenan profundamente en mi cerebro: Witchbanger -2017-, Valley Of Shadows -2019-, para mí el mejor trabajo que han editado, In Carne Persona -2021-, y el disco que veían a presentar, Breakfast (with) Death -2024-.
Una duda que me carcomía por dentro era la sala, primera visita al ahora llamado Club Savauge -anteriormente Sidecar-, dudando de la capacidad sónica de soportar lo que se suponía una brutalidad de concierto.

La primera duda se despejó a las primeras notas de «Wave Of Your Hand», tema con el que comenzaron el show, y la sala aguantó el tirón, con un sonido nítido a la vez que robusto y poderoso, o al menos en los que estábamos a pie de escenario.
Con ese primer tema se comprobaron todos los requisitos mostrados por DUEL; sonido oscuro, con un groove penetrante, moviéndose del stoner más corrosivo a sonidos más heavy heredados de bandas como Black Sabbath. Voces que, sin ser guturales, arriesgan al máximo las cuerdas vocales, pasajes psicodélicos, menos de los que esperaba, pero altamente hipnóticos y persuasivos.

El centro del huracán recaía en Tom Frank, que era al mismo tiempo quien se desgañitaba y bajaba a la pedalera para ofrecernos mensajes psicotrópicos de cosecha propia, buscando la improvisación en ocasiones, como cuándo utilizó una botella de cerveza para improvisar un slide como es debido, y terminó derramándola muy cerca de los pedales.

Jeff Henson en la otra guitarra, se jugó en más de una ocasión el mástil de su instrumento en el techo de la sala, por otro lado, lleno de desconchados de músicos anteriores que han pasado por allí -un acierto conservar el maltratado techo de Sidecar-. Un tipo de lo más tranquilo y amable, hasta que el tema le pedía guerra y entraba en fase epiléptica y descontrolada, consiguiendo que la gente sudara lo indecible, que salimos todos como pollos de sudor.

Los encargados de machacar los tímpanos con ese groove penetrante, que te empuja constantemente hacia atrás, te golpea el estómago en oleadas, son el simpático Patrick Pascussi a la batería y Drew Potter con su bajo, serio y obcecado en su labor, no sonrió en ningún momento del bolo.
El repertorio de lujo, aunque del último álbum tan solo presentaron cuatro temas, «Pyro», «Chaos Reigns», «Fallacy» y el muy coreado «Tigers Of Destruction», siendo el disco más recurrido el anterior, In Carne Persona, donde temas como «Children on Fire» y sobre todo llegando al final del concierto «Bite back», se transformaron en lo más aplaudido de la noche.

La recta final de la noche fue explosiva, pasando de la hora de concierto, atacaron con artillería pesada «Fear of The Dead», tema que da nombre al mismo disco de 2016, y con el que jugaron sin complejos a crear psicodelia stoner de estupenda facturación, dejando claro que ese era el final de la noche.

Efectivamente, se marcharon al camerino, salvo Patrick Pascussi, que nos invitó a hacer salir de nuevo a sus vagos compañeros. Todos esperábamos el mismo tema y surgió para locura de los que chorreando, lo habíamos dado todo. «Black Magic Summer», un tema atípico en su discografía que se ha convertido en la pieza angular de su fama. Júbilo final, que se aposentó en dos dardos más que nos regalaron, «The Bleeding Heart» y los casi diez minutos de psicodelia hard que suponía «Locked Outside», y donde Tom Frank golpeo el techo con su Gibson SG, al parecer sin nada grave que lamentar.
Es entonces cuando te das cuenta de que la sala había registrado un aforo medio, pero volvemos a lo mismo, música minoritaria, el Primavera Sound, el puente y encima una final de futbol, que no sé de dónde coño se sacan tantos campeonatos. Lo cierto es que para los que estuvimos allí, fue uno de los mejores conciertos que hemos disfrutado en lo que va de año. Como siempre, gracias a las pequeñas promotoras, que se mueven más por pasión que por lógica, más por amor que por interés; en este caso Red Sun, a quien hay que darle las gracias por arriesgar con bandas como DUEL.
Texto y fotos: JL Bad