
ARACENA BLUES
MAX BIONDI BLUE EXPERIENCE
A CONTRA BLUES
RAPHAEL WRESSNING & GISELE JACKSON
Plaza de Toros de Aracena, Huelva
2.08.25
Espectacular segunda jornada del Aracena Blues 2025 que cubrió con creces todas las expectativas depositadas por público y organización. Cabe destacar que en esta quinta edición se ha añadido un día más, por lo que cabía cierta incertidumbre sobre el resultado, pero la noche de ayer reafirmó que es un festival que está creciendo y que todavía no ha tocado techo.

Tras una mañana relajante a base de cerveza, jamón y otras viandas de prestigio, musicalmente hablando, la jornada comenzó pasadas las cinco de la tarde en el Petaska, bar emblemático y acogedor de Aracena, donde Little Boy Quique nos ofreció un concierto de blues ortodoxo. Músico andaluz de gran trayectoria deleitó a la audiencia -entre la que había mucha gente menuda-, con su guitarra electroacústica y sus guitar box. Little Boy Quique lleva más de quince años tocando en la calle, su escenario es la avenida Constitución de Sevilla, y ayer demostró ese background de trovador del blues callejero en el pequeño local.

Pasadas las 22:30 de la noche comenzó la maratoniana jornada en la Plaza de Toros, donde se presentaba el guitarrista italiano Max Biondi y sus Blue Experience, con el aracenense Manu García al bajo y al catalán Eudald López a los parches de la batería. No acababa de llenarse el recinto, pero el público se entregó desde el principio al power trío, enganchado a los largos y experimentados solo de guitarra de Max, quien pese a su juventud demostró tener una gran técnica con el instrumento, sorprendiendo con una poderosa voz rasposa. Su set list estuvo marcado por la presentación de su segundo álbum de próxima edición, Blue Experience, y un ramillete de estupendas versiones entre las que destacó «Voodoo Child» de Hendrix, pero por la vía Steve Ray Vaughan. Gran inicio de noche, que terminó con la plaza prácticamente llena.

Llegó el turno de los fantásticos A Contra Blues, a los cuales no disfrutaba en concierto desde noviembre del año pasado en el Ciclo Blues & Boogie de L’Hospitalet, donde realizaron el mejor concierto que había visto de la banda, según mi opinión, pero anoche lo superaron con creces. Tal como me comentó Matías Míguez, bajista argentino de nacimiento y catalán de adopción, en la rampa de subida al entarimado, el show está muy trabajado y la banda está en un gran momento. ¡Ya lo creo!
Salieron a escena como auténticos depredadores, a comerse al público, que se quedó estupefacto con su entrada, arramblándose a primera fila, posición que no abandonaron en todo el espectáculo. Tienen background, historia, un repertorio envidiable, una base sólida con Matías y Víctor a la batería y la locura contagiosa de sus dos hachas, Tolo y Héctor, Fender y Gibson, rock y blues; todo ello comandado por el Puto Amo, Jonathan Herrero con esa maravillosa voz afroamericana de un euskaldun portentoso.
Hubo momentos muy álgidos en la efervescencia del concierto, la gente se volvió descerebrada en temas como «Toti Boy», «Go Commando!», con su correspondiente explicación, chicos y chicas, «Toxic Love», y así no pararía la lista, sin embargo, tengo dos episodios para enmarcar en mi delicada memoria. Les he visto tantas veces que ni puedo contabilizarlas, les he presentado en tantas ocasiones que ya no sé qué decir, aunque como me dijo Johnny antes de salir: «Miente, nadie lo sabrá», pero jamás, repito, jamás les había escuchado el cover de Triana, «En el lago», como ayer; una Plaza de Toros a rebosar, y el respetable sobrepasó el vozarrón de Johnny. Un tema coreado por cada uno de los presentes, en un clamor de hermandad que solo puede conseguirse con la música, una ducha de comunidad que nos unió por unos minutos a todos los presentes… ¡Gallina de piel, oiga!

El segundo provocó el mismo sentimiento, pero por un camino completamente diferente. La banda se fue, pero Jonathan se quedó para comenzar solo el bis, apartó el micro, se sentó, pilló la Fender de Tolo y como Gary Cooper en «Solo ante el peligro», comenzó a cantar a capela… Sobre Aracena Blues se derrumbó el silencio más absoluto, nadie se atrevía a abrir la boca, incluso me mandaron callar porque mi móvil emitía un chasquido al hacer las fotos; en primera fila todo eran bocas abiertas, pero no entraron moscas… Uno de esos capítulos que recordarás cuando pasé tu vida por delante al abandonar el barco, seguro.
Tal y como dijeron Los Módulos hace décadas, «Todo tiene su fin», y el grupazo debía terminar, pero lo hizo con la esquizofrénica actuación de Héctor y Tolo, que no se llevaron a los presentes para Barcelona porque no tenían bolsillo para tanto agradecimiento del público. No hay palabras, lo visto ayer en el Aracena Blues será muy complicado de olvidar para todos los que disfrutamos de la contra del blues, A Contra Blues. Hasta pronto amigos, el año que viene serán veinte años de carretera, habrá que mojarlo, digo yo.

Llegaba el turno de la última actuación de la noche, a cargo de Raphael Wressning & Gisele Jackson, acompañados de dos maravillosos músicos y mejores personas como son Eric Cisbani a la batería y Enrico Crivellaro a la guitarra. Ya habíamos disfrutado en la noche del jueves de una adelanto del show en los Jardines del Hotel Barceló, pero evidentemente nada que ver con lo de anoche en el recinto taurino. Tres temas de aperitivo con la banda, sin la presencia de la gran dama del soul, que vinieron a atesorar la riqueza de la propuesta y otro punto a destacar de este año, el sonido es espectacular, sin ningún problema -enhorabuena a los técnicos, que siempre nos olvidamos de ellos-, limpio y nítido.
Al cuarto tema salió Gisele Jackson y se hizo con el escenario, esta mujer posee una voz prodigiosa y una sonrisa hipnotizante. Daba igual que nos acercáramos a las 3 de la madrugada, allí se seguía bailando como posesos, con una demostración de música afroamericana de excelente factura y un feedback banda-público, público-banda maravilloso. No imagino un final mejor para esta primera noche grande del Aracena Blues, que bailando con Gisele entre chiqueros y burladeros. Esta noche más… Y complicado mejor, pero se intentará. Total, ¡Aracena Blues It’s Alright!
Texto y Fotos: JL Bad


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