
XX ANIVERSARIO DE LA SOCIETAT DE BLUES DE BARCELONA
NICK MOSS & SBB BLUES COMBO
Centre Cultural Collblanc Torrassa, L’Hospitalet
18.10.25
Dos décadas para una asociación de blues es mucho tiempo, pero no desfallecer en el intento de promocionar el género que une a los socios es algo milagroso, y es que la SBB no solo es la asociación de blues más importante del país, si miramos en cantidad de socios, es que no ha parado en estos veinte años de realizar actividades, como muy bien se pudo ver en un videomontaje que se proyectó antes del concierto. Con esto no quiero decir que todas las iniciativas sean buenas, ni mucho menos, entre otras cosas porque conociéndola desde el interior soy bastante crítico en el concepto y en la exposición, pero no era día para opiniones subversivas y sí de celebración y goce por el cumpleaños alcanzado, aunque no seré de los optimistas que se vienen arriba y piden veinte años más, que no creo que se alcancen.
El plato fuerte de la celebración era la presencia de Nick Moss en la onomástica, acompañado en esta ocasión por un combo de la propia SBB de lujo; a leer Balta Bordoy, excelente guitarrista con estilo propio y muy definido, elegante y con amable fraseo, Oriol Fontanals es hoy en día uno de los contrabajistas más disputados del país, milita en tantas formaciones que uno le pierde la pista, pero es una máquina de precisión y nunca falla, Olivier Ropque es de los llamados baterías de batalla, con un suffle muy personal, que igual le puedes ver tocando boogie, blues, country o americana, un todoterreno, y por último Mike Shannon, buen armonicista, mejor persona y visionario que creó la SBB.

A estas alturas no vamos a descubrir a ningún aficionado al blues quién es Nick Moss, pues se trata de una de las principales figuras del blues de Chicago actual, reconocido como uno de los maestros del género con veintiuna nominaciones a los Blues Music Awards, que se dice pronto. Sin embargo, esta noche lluviosa de L’Hospitalet no terminó de encajar del todo en la celebración.
El repertorio fue muy variado y no se centró en el Chicago Blues como muchos esperábamos, viajando en una amalgama de sonidos que tuvieron, algunas de cal y otras de arena. El set list que mandó para que su side band se aprendiera contenía doce temas y todos ellos versiones, aunque es cierto que algunas están grabadas en su discografía. Comenzando con un retazo de Texas Blues con «Huckle Boogie» de Pee Wee Crayton o rescatando el clásico de Robert Johnson «Rambling on my mind», que ya grabó junto Dennis Wruenling, a despachar el bolo con un arranque de furia de Chicago, «Feels So Bad» de Little Milton que me recordó a la versión de Junior Kimbrough, el blues soul «Tramp» de Jimmy Mccraklin y Lowell Fulson, pero en versión de su adorado Buddy Guy, igual que con «Stone Crazy» del propio Guy.

Nick Moss se mostró generoso con sus músicos, dejando de Balta irrumpiera muchas veces con su guitarra, de hecho me gustaron más algunos ejercicios en su mástil que en la Fender de Moss, pero para gustos colores. Lo que me faltó fue algo más de empatía del guitarrista, hacia el público y a su side band, a la que recriminó en alguna ocasión, y eso desde mi punto de vista es poco profesional, tanto como pedir en medio del concierto una cerveza por el micro o leer las canciones en un atril. La banda solo tuvo una hora de ensayo con Nick Moss, y creo que hizo un gran papel encima del escenario; lástima que no todo el mundo lo vea así.
Se terminó el set list con una improvisación entre Mick Moss y Víctor Puertas a la armónica, para dar paso a un pastel que se zamparon entre los asistentes.
Y es posible que os preguntéis por qué no soy de los que piensan que se celebrarán otros veinte años, pero aunque no os lo preguntéis, lo diré; porque el público del blues se está quedando viejo y no hay relevo generacional y eso, queridos amigos, es la crónica de una muerte anunciada.
Texto y fotos: JL Bad


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