TUK SMITH & THE RESTLESS HEARTS
Sala Upload
, Barcelona
16.12.25

Tarde caótica en una Barcelona que se colapsa en cuanto caen cuatro gotas, y que en esta ocasión fueron muchísimos litros los vertidos desde arriba. Por esa razón y lo complicado de llegar al Poble Espanyol, entramos en la sala cuando estaban tocando Sleeping Circus, con un sonido atronador y poderoso; pensábamos ver algo de su concierto, pero cuando nos preparamos para hacer unas fotos se despidieron. Mi gozo en un pozo. Lástima, otra vez será.

Buen ambiente en la sala que registraba más de media entrada, con muchos cabellos empapados y olor a humedad. Salieron a escena Tuk Smith y los suyos, comenzando la ceremonia del rock y rápidamente se comprobó que la sala estaba repleta de incondicionales, es la única razón por la que sales de casa en una noche de diluvio y subes a Montjuic.


Salida fulgurante y arrolladora con un impagable «Ballad Of A Misspent Youth», como si se quisieran comer el mundo en los próximos minutos, y es que la música de los de Nashville es pura energía y rock con mala leche. Una formación vigorosa liderada por Tuk y muy bien secundado por el bajo de Matthew Curtis, la batería de Ricky Farelli, más Tobin Dale a la guitarra solista.
Rápidamente, ejecutaron «Little Renegade», uno de los temas más emblemáticos e himno que hizo brotar el calor en la sala, la euforia y el desenfreno. Dale se mostraba generoso en los solos de guitarra y Smith se sentía libre para moverse como pollo sin cabeza por el escenario. «Glorybound» reafirmaba que teníamos encima del escenario una banda indomable.


Tuk Smith & The Restless Hearts no han inventado nada, y su música suena a Cheap Trick, AC/DC, Kiss o Thin Lizzy, es más, en algunos estribillos podrías cantar algún que otro clásico, pero sin embargo, lo que hacen lo llevan hasta las últimas consecuencias y proyectan un derroche de vitalidad que contagia.
El repert era destructor, «Same Old You», «Lookin’ For Love, Ready For War» con cierto aire a Peter Frampton, «Shadow On The Street» o «Girls On The East Side Of Town» y su aroma a los de Phil Lynott, subieron el nivel de gigantes, pero ahí hubo un cambio.

Smith, al quien se le veía muy feliz y dicharachero, se armó del micro y comenzó a hablar con parte del público y a contar chascarrillos, que dicho sin acritud, a mí me cargan en exceso la cantidad de rockeros que pasan la frontera y se aposentan en posturas de cronners, por no decir de monologuistas. Eso me descolocó, cerveza y visita al señor Roca, pero seguía con su labia impetuosa, paseos por la sala buscando puntos de vista diferentes para las fotos.
Este periodo de hibernación, que ya había comenzado con el último tema nombrado, engulló piezas potentes como «Sadie Mae» o «Trouble Paradise».

Afortunadamente, retomamos la energía a una velocidad endiablada; tanto que los julios derrapaban en la calculadora con «Ain’t For The Faint», en la cual Smith se abalanzaba casi pisando al respetable, mientras que Dale seguía haciendo de las suyas en el mástil mientras Farelli y Curtis machacaban como un martillo pilón. No pasa nada, era un espejismo, el descanso del guerrero antes de rematar la batalla sin dejar prisioneros, pero no.

No quedaba tiempo de reacción, porque el show terminó con un bis incluido; ejecutaron «Take The Long Way» que sonó recia y potente, más lo que quizás estábamos esperando la mitad de los presentes, «Runnin’ With The Wild Ones», ese himno que se clava en la mente y sigues tarareándolo cuando llegas a tu casa, casi de madrugada.

Asistir a un concierto de Tuk Smith & The Restless Hearts es encontrarse en el epicentro de un tornado, en el que no paras de dar vueltas y volar con la música, sencilla, pegadiza, pero rock’n’roll al cien por cien. En esta segunda cita con ellos, el tornado no llegó a producir daños colaterales. La selección de temas en disco ocupa un espacio de 40 minutos justos, es evidente que en directo los temas se modifican y tienden a alargarse, pero no estamos hablando de una jam band, ni un grupo progresivo, así que la hora y diez minutos que duró el show deja clara la situación. Si pudiera elegir, me quedaba sin tantos discursos y colocaba cuatro temas más, pero ya se sabe, este reportero tribulete no pinta nada.
It’s Only Rock ’n’ Roll (but I Like It).
Texto y fotos: JL Bad


Fe de erratas: En Bad Music intentamos verificar toda la información que facilitamos, y no nos cuesta nada reconocer cuando cometemos un error. Todo indicaba que el batería era Dupree, pero la comprobación con diferentes fotos y averiguar que está preparando su nuevo álbum en solitario, Break My Heart, nos han aclarado el error. Finalmente, esta mañana hemos conseguido contactar con Tuk Smith y nos ha confirmado que su nuevo batería se llama Ricky Farelli.
Disculpar por el error.


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