BRITISH LION
TONY MOORE
Salamandra
, L’Hospitalet
8.08.25

Estupenda noche de viernes en una de las mejores salas de Barcelona, Salamandra, aunque los horarios europeos que en ocasiones se imponen no corresponden con la realidad de este país. Comenzar un concierto a las 19:30 es para muchos resulta arduo complicado de asumir, con todo y con eso pudimos ver las últimas canciones de Tony Moore, el telonero que fue miembro de la primera formación de Iron Maiden como teclista, aunque solo actuó en una ocasión. Esa noche dedicó un show sin banda, pero con todo pregrabado menos su guitarra y voz, una propuesta algo espinosa y en ocasiones poco asumible. Rock progresivo sin demasiadas complicaciones y un gusto por las lentejuelas que como mínimo resultó chocante.

Muchas camisetas de la Dama de Hierro, y no era para menos, el señor Steve Harris está la mando de British Lion, banda que con tan solo dos discos, British Lion de 2012 y The Burning de 2020, se ha embarcado en una gira extensa por el viejo continente. Acompañan al icónico bajista Grahame Leslie y David Hawkins a las guitarras, Richard Taylor como vocalista y guitarra acústica y Simon Dawson, actual batería de Iron Maiden

Lo primero que hay que apuntar es la enorme diferencia de sonido que existe entre los álbumes de estudio y su directo, desaparecen completamente ciertos aires irlandeses que acercaban algunos temas a Thin Lizzy y Gary Moore, además de endurecer mucho más todo el show, que camina en la frontera del hard rock y el heavy metal.


Harris es el centro de todas las miradas y a sabiendas se desplaza ininterrumpidamente por todo escenario, desplazando las miradas hacia sus compañeros en un derroche de humildad que le honra. Las guitarras se turnan en solos efectivos y no muy extensos, marcando muy claramente las diferencias, mientras que Leslie es más clásico y con bases de blues, Hawkins se centra más en sonidos afilados y punzantes. Con una base de batería atronadora que machacaba el estómago y se colaba dentro de ti. La voz de Taylor estaba muy por debajo en ocasiones, quizás por ecualización o simplemente por limitación personal.

El concierto en sí fue subiendo de nivel en una carrera sin frenos hasta el final del mismo, alejándose del sonido Maiden y ganando en personalidad que se aposentaba en los dos guitarristas. Con un Harris en un estado de forma envidiable y una banda que se mostró muy sólida y competente, el público coreo cada tema como si fuera el último y entre todos finiquitaron una estupenda noche de rock directo, sincero y honesto.
Texto y fotos: JL Bad


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