Y&T
Razzmatazz 2, Barcelona
27.09.25

Un ambiente de camaradería era el que flotaba en la 2 del RAZZ entre los numerosos asistentes a la cita del sábado, en lo que era el tercer sold out consecutivo cosechado por Y&T en su gira por la Península. El escenario preparado aguardaba su entrada, el público los reclamaba, coreando Y&T y el volumen de los que llenaban la sala, se alzó al completo al oír los primeros acordes de la intro From the Moon, mientras, iban apareciendo Mike Vanderhule a la batería, seguido de Aaron Leigh, portando su bajo con su característico look a lo Sparrow, John Nymann, enchufando su guitarra con una gran sonrisa y en la zona central Dave Meniketti, que lucía muy buen aspecto tras su retiro para tratar su cáncer. A partir de ahí no hubo tregua…

Abrieron con el Open Fire (Black Tiger/Open Fire) mientras el público la coreaba entregado, Nymann, con su simpatía habitual, secundaba los riffs y la voz de Meniketti nos despejaba toda posible duda mientras lanzaba su característico solo y con esa preciosa escala final en su desgastada Gibson nos dejaba un muy buen sabor inicial. Unos saludos breves y enlazaron con el Lipstick and Leaher (In Rock We Trust) con ese ritmo vacilón que se prestaba a seguir cantando. Aquí Leigh tuvo su momento de protagonismo para dar profundidad con su bajo en solitario y ser la antesala perfecta para que entrara con fuerza el solo de Meniketti. Sin casi ni parar, los redobles de Vanderhule nos situaba en los primeros acordes del Don’t Stop Runnin’, (también del In Rock We Trust) y se desataba la locura general. Meniketti la sigue cantando en un registro alto y no ha perdido un ápice de su esencia. Al terminar, si dedicó unos momentos a dar las gracias por lo feliz que se encontraba de estar en Barcelona, aprovechando de paso para afinar su guitarra. Don’t Be Afraid of the Dark (Ten 90) dio algo de sosiego y mayor protagonismo a Nymann, doblando algunos pasajes pero Meniketti encaró en solitario los solos con gran sentimiento.

El primer tema que nos presentó nombrando el título y con puño en alto fue Mean Streak, y de nuevo el concierto se situaba en lo más alto y por cantar, se cantaban desde los acordes hasta los solos.

Le siguieron Don’t Wanna Lose, con buen trabajo a las segundas voces de la banda y Winds of Change, ambas del Black Tiger. Esta última preciosa, desde la voz de Meniketti, acompañada solo por la ligera pegada de Vanderhule y los acordes de la guitarra de Nymann, hasta empezar él a jugar con el tono de su Gibson para dar entrada a toda la banda e ir cogiendo intensidad y rubricarla con un solo que fue puro feeling, desde su forma de estirar las cuerdas hasta la carrera de vértigo en la velocidad de sus escalas.

Intercalaron Rock & Roll’s Gonna Save the World (In Rock We Trust) con su estribillo pegadizo y el lucimiento del solo, esta vez, corrió a cargo de un solvente Nymann. Sin respiro entraron con Eyes of a Stranger (Contagious) con un mayor protagonismo de la sección rítmica que acabó con un mini solo de batería, nada despreciable, a cargo de Vanderhule.

Y llegábamos al momento de cantar secundando la intro de Midnight in Tokyo (Mean Streak) y volver a cabalgar a lomos de su Gibson. Uno de los momentos más bonitos de la noche; estaba delante justo de él y pude ver la emoción y agradecimiento en su cara a la respuesta del público.

Hang ‘em High, Mean Streak fue otro de los grandes himnos a cantar, con esos riffs dobles así como la Van Haleniana Summertime Girls (Open Fire) o Contagious (Contagious) que pusieron otra vez la sala patas arriba, en lo que venía siendo una fiesta con grandes temas donde los dedos de Meniketti y los suyos no daban tregua.

La sentida I Believe in You, (Earthshaker) dedicada por Nymann a un buen amigo suyo, fue ese tema intimista donde Meniketti jugó una vez más con el tono de su añeja Gibson (que no cambió en todo el concierto y afinaba en las pocas treguas entre tema y tema) y nos sirvió unos desarrollos, marca de la casa, llenos de sentimiento.

El pack final contenía auténticas joyas como Black Tiger, (Black Tiger) con sus característicos riffs iniciales al igual que los de Dirty Girl (Earthshaker) en el que nos brindó una ejecución de vértigo. Turno también para el dinámico himno I’m Coming Home (Facemelter) y un memorable Rescue Me (Earthshaker), lleno de guiños, que pusieron la intención de acabar el concierto pero los rugidos de los presentes hicieron que saliesen a tocar un par de temas más que nos tenían reservados del Black Tiger, Hell or High Water con la incondicional participación del público y donde hubo espacio para que Nymann prosiguiese el solo iniciado por Meniketti, dando una buena alternancia y Forever con esa intro inmortal a la que le sigue una cabalgada sin tregua, por cierto gran trabajo de Leigh, y que desató la caja de los truenos finales en lo que fue el colofón de una noche sin fisuras.

Y&T con Dave Meniketti al frente son una de las grandes bandas supervivientes de los ochenta. Para muchos es muy probable que nunca hayan alcanzado al completo la primera división del hard rock /heavy metal, sobre todo en su país de origen, pero… a quién le importa esa etiqueta si Meniketti ha sabido transformarse en toda una leyenda del género conservando sus habilidades prácticamente intactas y a su edad destila una autenticidad y una energía envidiable? «Cómo nos alegramos de haberle visto así de recuperado!».

Los tres conciertos de la Península han sido sold out y reivindican el respeto que cosecha esta genuina banda que se crece encima del escenario, ofreciendo honestidad, virtuosismo sin artificios y un privilegiado tono de voz con un carisma inquebrantable a lo largo de las casi 2 horas, sin pausas ni respiro, que nos ofrecieron.

Y eso fue lo que ocurrió el sábado en Razzmatazz 2, una sala que siempre suscita el nerviosismo y las dudas de los asistentes por recurrentes problemas de sonido, pero que esa noche se mostró generosa y nos dejó disfrutar del concierto con un sonido limpio y equilibrado, donde Meniketti y los suyos brillaron merecidamente ante un público que cantó cada uno de los temas del set list como verdaderos himnos y que le jaleaban a pleno pulmón al acabar cada uno de ellos. Es un ejercicio curioso mirar a tu alrededor y ver las reacciones que suscitan las bandas. Lo que pude apreciar esa noche, mirase donde mirase, fue auténtica conexión, también muchísima devoción por lo que acontecía allá arriba.

Sin ir muy lejos, en nuestro círculo de confort de las primeras filas, nos juntamos varias generaciones de distintas ciudades y realidades, pero bajo un mismo interés.
El rock, y en especial el que profesa Y&T, tiene eso, hermana y no hay edad ni condición si su música sigue corriendo por nuestras venas. 
Si no, que se lo pregunten a Meniketti, que nos dió una clase magistral de cómo ser una leyenda viva sin que apenas se note.
¡Meniketti Forever!

Texto: Lady P
Fotos: Mercè Carbonell


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Una respuesta a “LA ESENCIA DE LA AUTENTICIDAD”

  1. Avatar de magicalspeedily32eae42079
    magicalspeedily32eae42079

    Acabo de leerla entera.

    Esto no es una crònica simplemente, es una CRÓNICA BRUTAL. La cronista es única en esto. Sabe describir todo el bolo con enormes detalles. Si lo lees sin haber ido, puedes imaginarte el concierto entero.

    Enhorabuena Lady P.

    Le gusta a 1 persona

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