
KLEEJOSS
MARC ROCKENBERG
Razz 3, Barcelona
1.11.25
Noviembre es, probablemente, uno de los meses con más afluencia de conciertos y este año no iba a ser distinto. Precisamente el sábado fue uno de esos días donde debes decantarte por uno en detrimento de otras actuaciones que a buen seguro te gustaría ver, pero es lo que hay. Quizás por ese motivo la afluencia de público a la sala no estaba en consonancia con la calidad de lo que allí se iba a exponer; Barcelona es así de cruel.

Abrió la noche Marc Rockenberg y su banda, con un set list corto que no dio pie al desánimo y que en todo momento estuvo arriba del todo. Es indudable que la banda muestra un rodaje muy completo y se nota en la soltura y energía que desprende; no hace falta señalar que Go On es un disco rockero, maduro y que da mucho juego en directo.
Retomaron el nuevo trabajo con temas como «Work It Out», «Over N’Over» o «Soon Enough», pero su set list varió en dirección a su tercer disco Wounded Animals, del que rescataron piezas contundentes como «Million Times», «Down The Line» o «Reach For The Sky».
Fue un acierto el repaso de su discografía que consiguió que no viéramos el mismo repertorio de las presentaciones del nuevo álbum y rescatar temas de gran envergadura como «So Bad» y «Looking All Around» con el que finiquitaron su tiempo, añadiendo una rueda del «You Really Got Me» de mis amados The Kinks; a ver cuándo suena completa encima del escenario.
Gran concierto que supo conectar desde el principio con el público, por otro lado muy dispuesto a pasárselo en grande.

Llego el turno de Kleejoss, que venían a presentar su flamante disco en vivo, Live X, grabado en el Rock & Blues Café de Zaragoza en el fin de semana que celebraban su décimo aniversario. Curiosamente, las bandas que acompañaron a The Kleejoss Band -nombre de aquellos días- fueron King Sapo y Uncle Sal, grupos que como ironía del destino los tenemos en tres semanas seguidas en Barcelona… curioso al menos.
Curioso es también el hecho de que gran parte de los asistentes a este concierto, nos apretujáramos en la estupenda sala maña para celebrar su primera década de carrera y sin saberlo, al final de una etapa. Porque ese era otro de los motivos del ansia por ver a Kleejoss, ahora son trío, pues han perdido una de sus guitarras y eso es muy importante en una banda de rock; confianza había y mucha, pero era cuestión de ver la evolución que suponía esa mutación en directo.

Y aunque tal y como mandas los cánones, esta reflexión debería ir al final de la crónica, las normas están para romperlas y si es violentamente mejor. El esfuerzo que realizan los tres músicos –Joss en la batería, Nacho en el bajo y teclado, y sobre todo Luis en la voz y la guitarra- es tremendo, la energía que desprender se ha duplicado y el sonido se ha vuelto más crudo, sucio y cercano, es mucho más rock, áspero y agresivo. Solo puedo que quitarme el cráneo ante tanta demostración de flexibilidad, técnica y desparpajo, que consiguió que a la tercera canción se desvaneciera cualquier tipo de incertidumbre que hubiera. Y ahora sí, ahora vamos a la fiesta.

Salieron los maños y como si se tratara de un ritual ancestral, volvieron a hacer un brindis entre ellos antes de comenzar, una nueva versión del «mucha mierda» y mucho más hidratante.
Como bien podría decir, la primera en la frente, con valentía y sin preocupaciones, los cinco primeros temas del show no entraron en el Live X, así por el momento, nuestra memoria no podía traicionarnos, siendo una medida de una inteligencia sibilina que aplaudo.
Comenzaron con «Norte-Sur», tema de Porvenir que sonó muy contundente, con Nacho y Luis en primera fila del entarimado que parecía que se iban a comer al público. «Cómo hemos llegado hasta aquí», «Anónimo Campeón» que para este reportero tribulete es uno de los mejores temas que tienen en castellano, porque esa es otra, le dieron la vuelta al Live-X y si en el disco comienzan en inglés para pasar luego al idioma de Cervantes, aquí repasaron siete temas en castellano para recaer después en el idioma de John Kennedy Toole.

Llegados a este punto, se notaba que la banda se lo estaba pasando en grande, tan solo hace falta ver la sonrisa incombustible de Joss detrás de los tambores, ver a Nacho botando por el escenario, doblando voces o sentado al teclado, que vino muy bien para los temas expuestos, mientras Luis seguía retorciéndose sin descanso -cómo se ha crecido este chaval por la necesidad-. Un power trio como manda Satanás.
Tras un «Afortunado» que los presentes robaron a la banda y «Ladrar o morder» pasaron a la parte anglosajona del repertorio, con la que más me identifico. Un fabuloso y southern «Shoulder Of Giants» nos mostró como la banda se hacía gigante en el escenario, con un solo de guitarra espectacular de Luis. Y aprovecho para otra reflexión; el repertorio escogido para esta noche era muy arriesgado, pero sinceramente creo que ayudó a la banda a reforzarse y reivindicarse. Visto lo visto, creo que el nuevo material que compondrán sufrirá cambios, que esperemos ver plasmados dentro de un año o menos.

Y qué sería un final de fiesta sin amigos, pues un velatorio, nada más lejos de la realidad. Subió Marc Rockenberg al escenario y se marcaron un «Down By The River» del maestro Young que quitó el hipo, fantástico, emocionante y nostálgico.
Hay muchas canciones que Kleejoss podrían empalmar con Neil Young, pero hacerlo con «Desert Blues», tercer y último tema del Live-X, fue un acierto y la chispa que encendió la mecha para el apocalipsis, que vino de la mano de Jodie Cash y Toni Espelta, dos invitados de lujo. Sonaron los primeros detalles de un arpegio conocido y el vello se eriza antes de que el cerebro identifique el «Rhiannon» de Fleetwood Mac, con la preciosa voz de Jodie Cash y las segundas réplicas de todos los demás, consiguiendo que no apreciáramos que el micro de Jodie estaba muy bajo.

Qué hacer tras esto y cuando se roza la hora de repert, pues sencillo, ponerse a la espalda su mejor sentido Southern y regalar al público cuatro piezas más, entre las que destacaría mi favorita de su catálogo en inglés, «Shine On» y «Ode To The Naiads». Y llega otro clásico en sus conciertos, «Rockin’ In The Free World» del admirado Neil Young, con todos los invitados encima del escenario, a los que se sumó Ferran Nogués de Uncle Sal. Un final adecuado para una fiesta como debe de ser.

En definitiva, Kleejoss demostraron que tienen para mucho más, que son un gran trío de rock y que aunque deben descansar y reinventarse, todavía les quedan muchas batallas por pelear y seguramente ganar.
Esperemos que no se hagan los remolones y que el impás sea corto, merecido, pero corto… por puro egoísmo.
Texto y fotos: JL Bad


Deja un comentario