This Is A Film About The Black Keys
Jeff Dupre

2024 | Estados Unidos | 90 min.

Intervienen: Dan Auerbach, Patrick Carney, Beck, Danger Mouse, Peter Relic, Matthew Johnson, Bruce Watson, Stephanie Gonis

Mi última cita en directo con el festival In-Edit de este año, aunque nada más salir del cine, recibí el mensaje de una amiga avisando que el documental de Pepa Flores, Marisol. Llámame Lola, lo estaban pasando en TVE, por lo que me embuché en el sofá y disfrute de la historia de una mujer que jamás consiguió ser libre, hasta que no desapareció del circo mediático para siempre.

Y si te pones a pensarlo, algo tienen en común los dos documentales, tratan de artistas que luchan por su independencia, dentro de un mundo caníbal que los devora.

Poco o nada me interesa la actualidad de la banda, que hace años perdí la pista y no les he prestado atención, más allá de pinchar algún tema en la radio, cuando publican un disco, o ni eso con el último, Ohio Players. Sin embargo, me declaro fan incondicional de sus primeros trabajos, y lo que supuso de renovación y vuelco al concepto de blues moderno.

Conocí a The Black Keys con su segundo trabajo, Thickfraknes, por una cuestión de pura imagen, la portada me recordaba al Sticky Fingers de los Stones, censurada por el enano cabrón. Sus primeros seis discos me parecen mayúsculos, imperfectos y grandiosos. La verdad es que esperaba mucho de este documental y salí del cine completamente satisfecho.

La narración descarnada y, creo, honesta de Dan Auerbach y Patrick Carney, es fantástica. Sus inicios, la incomunicación personal entre ambos, la magia de encerrarse a hacer música, el lenguaje que consiguen crear en el estudio, sus primeros conciertos, el monovolumen, la furgoneta, consumiendo kilómetros, actuando en garitos que ni siquiera se podían quedar a tomar nada, porque no tenían dinero. Sus relaciones personales de pareja, la obsesión por el grupo como centro vital de sus vidas, que se transforma poco a poco en un enorme agujero negro que engulle todo lo que se encuentra a su alcance.

Un relato descarnado del deterioro de sus relaciones en pro de la banda, primero cae Patrick, con quien resulta insoportable trabajar, primer distanciamiento de la pareja de creadores, la traición de Auerbach al grabar su primer disco en solitario, el maravilloso Keep It Hid, los celos del batería y la reunificación personal.

Todo ellos con una magnífica música blues, rock, country, descarnada, distorsionada, enfurecida y demencial, una mitad de documental fantástico, con un montaje picado, muy dinámico, casi en formato roadmovie.

Entonces llega El Camino y sobre todo el tema «Lonely Boy» y todo cambia, porque su preocupación es construir canciones que peguen fuerte, según sus propias palabras. En ese momento el documental cambia, y mientras que buscan la comercialidad y el éxito, vuelven a mostrar la cruda caída personal de uno de ellos, en este caso Dan Auerbach. Con Brothers llega el éxito tan esperado y se convierten en un grupo de estadios.

La última parte del documental muestra como el éxito deseado, puede terminar con todo lo que buscas, creando un monstruo del que viven más de cien personas y sus familias. Musicalmente, el documental es menos atractivo, pero aun así no pierde honestidad.

La perdida de la libertad deseada, su posible recuperación desde una posición acomodada, y resaltar la importancia de la banda por encima de cualquier cosa, es la conclusión de noventa minutos atractivos, de una banda netamente independiente, que dejó de serlo.

JLBad


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