Este artículo se cayó a última hora del libro Más Leyendas Urbanas del Rock (MaNonTroppo, 2020). Lo publicamos hoy, 8 de marzo de 2021, Día Internacional de la Mujer, para rendir homenaje a todas las que han peleado por una igualdad de género plena, al mismo tiempo que condenamos el machismo en cualquiera de sus formas y sobre todo a los que niegan su existencia, verdaderos perpetuadores del más brutal quiste que asola la civilización.

EL PUNK NO ES COSA DE HOMBRES
En julio de 1976 apareció en la escena underground londinense, conocida como escena punk, el fanzine Sniffin’ Glue. Con una tirada de sólo 50 ejemplares fotocopiados de un original cargado de pegamento, recortes y mala gramática, donde la grosería se utilizaba como argumento de más peso y la mala leche desbordaba las páginas y te pringabas las manos.
Era el primer fanzine punk, cuyo nombre estaba marcado por el tema Now I Wanna Sniff Some Glue del primer disco de Ramones. La cabecera rezaba Sniffin’ Glue and other rock’n’roll habits for punks! (Esnifando pegamento y otros hábitos de rock’n’roll para punks), dedicando su portada a Ramones, Blue Oyster Cult y Punk Reviews, donde resumía discos, noticias y conciertos punk.
La editaba un joven empleado de banca en paro, Mark Perry de 19 años, quien firmaba como Mark P para evitar la pérdida del cheque de desempleo, si le pillaban vendiendo el fanzine a 30 libras ejemplar. Él y su novia, eran los encargados de escribir, robar las fotos, recortar, fotocopiar y grapar las páginas de los 12 números que se editaron hasta que en agosto de 1977 finalizó su aventura, durante la cual llegaron a lanzar 15.000 ejemplares.
Sniffin’ Glue está considerado el primer fanzine que dió voz a la escena punk británica, si bien comenzó como una ventana abierta al punk americano, terminó por rendirse a las prominentes bandas inglesas como Sex Pistols o The Clash. En sus páginas aparecieron mujeres como Patti Smith o Joan Jett, pero por norma general no prestó demasiada atención a la aportación femenina a la cultura punk, de hecho en el #3, donde incluía un informe sobre bandas con fémina en la formación, varió la leyenda de cabecera tachando ostentosamente la palabra punk y dejándola and other rock’n’roll habits for girl!. En su interior el titular del artículo era totalmente despectivo: Punk are not girls.  

Los fanzines surgieron a mediados de los setenta y fueron el vehículo de comunicación de la generación punk, con cabeceras tan llamativas como Vomit, Situation 3, Rotten to the Core, Live Wires, Ripped and Torn, Trash 77’, London’s Outrage o Kill Your Pet Puppy. Tanto la llamada prensa alternativa como la generalizada pusieron su foco informativo en el punk, los primeros para ensalzar y apoyar mientras que los segundos para repudiar y atacar como antisocial. Pero todos ellos con el común denominador de ignorar a la mujer como motor de una explosión cultural decadente, adjudicando el rol de la creación e insubordinación del género a los hombres. La industria, que fagotiza todo lo que pueda serle rentable, terminó por devorar el punk, envolverlo y venderlo a buen precio, pero lo hizo desde su perspectiva machista adjudicando un mérito que si bien era justificado no fue exclusivo de las bandas de chicos. Ocurrió lo mismo en Estados Unidos, donde la cultura punk explosionó comercialmente, dejando una serie de nombres masculinos y olvidando el gran papel de la mujer en el género.

De esta forma pasaron a la historia Sex Pistols, The Clash o The Damned en Inglaterra, mientras que en Estados Unidos fueron bandas como Ramones, The Dictators o The Heartbreakers entre otros, dejando claro que el punk es cosa de hombres. Esto es una de las posibles leyendas urbanas más falsas que existen o simplemente es una falacia bien construida por la industria, que desgraciadamente se repitió en el timeline de la historia dos décadas después, tal y como veremos en este capítulo.

LOS ORÍGENES DEL PUNK

Las décadas de los 60 y 70 supusieron la explosión industrial de la música popular, creando un mercado enorme de beneficios inimaginables en otra época. La música pasó a ser uno de los negocios más importantes del planeta y por ello la industria sentó las bases sobre las que debería moverse el producto, dictaminó los diferentes roles del juego y se quedó con la baraja para poder manipular a su antojo el desarrollo de la partida.
Se concretó que el papel de la mujer sería el de mera consumidora, independientemente de excepciones que no hacen otra cosa que confirmar la regla. La mayor parte de la música iba dirigida a ellas, se crearon símbolos sexuales en líderes carismáticos, se institucionalizó la figura de la groupie y como máximo exponente de creación se le delimitó al papel de musa del artista, acompañante del creador porque si bien es cierto que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, no es menos cierto que siempre debe estar detrás.

El punk nace como respuesta a la grandilocuencia que el rock había generado en la música rock, grandes dinosaurios, el rock progresivo y su espectacularidad, al mismo tiempo que el abismo entre generaciones de músicos crecía espantosamente. Para ello reivindican el sonido salvaje de las bandas más garageras de los 60, las canciones rápidas y de corta duración. El término punk rock apareció en la prensa musical americana a principios de los 70, se referían a lo que se conoce como bandas proto punk y que sirvieron de base para el resurgimiento de la escena, bandas como MC5, The Stooges o New York Dolls, que venían arrastrando su agresividad sonora desde la década anterior. La aparición de fanzines como Punk, creado por el dibujante John Holmstrom en 1975 y la consolidación de una escena musical en clubes como CBGB, Zeppz y Max’s Kansas City, podrían ser el pistoletazo de salida. No hay que olvidar que el punk nace con un rechazo total al idealismo político y desprecio absoluto a los postulados del sueño hippie.

En el Reino Unido aparece en medio de una gran crisis económica, con un país sumido en grandes huelgas y interminables colas del paro, y con una generación de jóvenes que miran más a las bandas de punk que les llegan de New York que de los gigantes rockeros de casa. Bandas como Led Zeppelin, The Rolling Stones o Pink Floyd son odiadas mientras que Ramones o Johnny Thunder & The Heartbreakers significan la guía seguir.

Pero el punk nace con una fuerte carga social, política y feminista. En 1975 el Parlamento británico aprueba la Ley de Discriminación Sexual, que protege a hombres y mujeres de la discriminación por cuestión de sexo en campos como el empleo, la educación y el estado civil. Ese mismo año Margaret Thatcher es elegida líder del Partido Conservador Británico y aunque sea sorprendente por su posterior carrera política, abrió una oleada de reivindicación feminista que invadió todos los ámbitos de la sociedad y la música no iba ser menos.
El punk desde su concepción fue un movimiento inclusivo, donde las mujeres jugaron un papel importantísimo como músicas, promotoras, directoras, provocadoras, documentando la escena local con la creación de fanzines, películas, libros y fotografías. Desde su inicio el punk tuvo un claro espíritu feminista, pero fue rápidamente anexionado por los hombres y las mujeres siempre han tenido que luchar para reivindicar su espacio en él.

PUNK EN FEMENINO

La periodista Lucy O’Brien ofrece una serie de afirmaciones sobre el movimiento punk desde el libro The Cultural Legacy Of Punk, donde hace referencia a la repercusión femenina del mismo. «A pesar de la creencia de que lo hippies fueron los primeros en desprenderse de los viejos valores machistas, fue el punk la primera generación moderna. Entre 1975 y 1979, el mapa de género cambió radicalmente». O’Brien asegura que las guerras sexuales se difuminaron durante el establecimiento del punk, aunque fue una consecuencia del movimiento contracultural de los 60.
Sin embargo afirma O’Brien, «a pesar de la retórica de la liberación sexual del punk,  las mujeres se encontraron que la igualdad era una lucha cuesta arriba».

Lauraine Leblanc realizó una investigación sobre las mujeres en el punk, publicada en el libro Pretty In Punk, donde asevera que una subcultura que se denominaba a sí misma como igualitaria e incluso feminista, terminó generando dinámicas de género dominadas por los hombres. En esa misma dirección sugería que las mujeres encontraron una vía de empoderamiento, generalmente perdiendo parte de su feminidad, generando dinámicas agresivas disfrazadas de antisociales, o así lo quisieron ver los medios de comunicación. 
«Mujeres que apenas se distinguen de los hombres, sucias, algunas casi desnudas y luciendo crestas mohawks, acompañadas de comportamientos poco apropiados», se convirtieron en los típicos descalificativos hacia el movimiento feminista dentro del punk.
Fueron los medios de comunicación masivos, acompañados en el juego por fanzines que no supieron adaptarse a los tiempos de igualdad, los que arrinconaron a las mujeres, preservando estereotipos remarcados. Propagaron la idea de que el punk era violento y las mujeres más, empeñadas en la destrucción del sueño americano o dinamitar la engañosa sensación de estabilidad económica en el Reino Unido. De esta forma se las marginó de forma definitiva, relegando su condición al mismo papel que había desempeñado en otros movimientos. 

QUIÉN ES QUIÉN
Si miramos las listas de grupos punk, tanto del Billboard americano como los charts británicos, más del noventa por ciento está copado de bandas masculinas, dejando un escaso porcentaje a grupos donde militaba una mujer o que eran íntegramente femeninos.
No obstante, hay un grupo de pioneras que rompieron las barreras y destacaron por encima del resto. Con ellas no pudieron las trabas, ni los comportamientos retrógrados, si bien es cierto que popularmente fueron eclipsadas por nombres masculinos, destacaron por encima de la media.
Seguramente no están todas las que son, pero sí que son todas las que están, en el repaso que vamos a dar a los principales nombres de las heroínas del punk rock, diferenciándolas en dos escenas completamente diferentes pero compatibles.
En Estados Unidos y más concretamente en New York se creó una escena punk muy diversa musicalmente hablando, donde podremos ver que poco o nada tienen que ver los sonidos de las cinco propuestas que hemos escogido, pero el espíritu y el legado que dejaron, marcó una huella muy profunda en el papel de la mujer a partir de ese momento. 

THE RUNAWAYS, LA INSULTANTE ADOLESCENCIA
The Runaways fue la primera banda femenina del rock, formada por Sandy West y Joan Jett, batería y guitarrista respectivamente, pero bajo la supervisión del manager Kim Fowley. Se cerró la formación con Jackie Fox al bajo (durante un periodo muy corto estuvo Michael Steele, que fundó The Bangles), Lita Ford como guitarra solista y Cherie Currie como vocalista. Todas eran menores de edad y desde un principio estuvieron completamente dominadas por Fowley.

Su primer disco, The Runaways en 1976, contenía el single Cherry Bomb, que les proporcionó un gran éxito. Se hicieron populares fuera de Estados Unidos, especialmente en Japón, pero no terminaron de triunfar en casa. Siendo unas crías compartieron escenario con bandas como Van Halen, Cheap Trick o Tom Petty & The Heartbreakers, pero se sintieron más identificadas con la emergente escena punk de New York, en particular con bandas que pasaban por la sala CBGB, como Ramones o Dead Boys; así como grupos británicos como Damned, Generation X o Sex Pistols.

Fueron fuente de inspiración para muchas mujeres, que las vieron como la antítesis de las groupies habituales, transformándose en pioneras de un movimiento al que llegaban en plena adolescencia.
El éxito en Japón las convirtió en la banda que más copias vendió, a la altura de Led Zeppelin o KISS, pero la banda se comenzó a descomponer en medio de luchas internas, consumo de drogas y manipulación del manager Kim Fowley. La primera en marchar fue Jackie Fox, quien en 2015, tras la muerte de Kim Fowley debido a un cáncer de vejiga, declaró al periódico Telegraph que su marcha se debió a una violación. Fox aseguró que el 31 de diciembre de 1975, en la fiesta tras el concierto del condado de Orange le suministraron metacualona, un sedante sintético y Fowley la violó delante de todos los presentes, entre las que se encontraban algunas de sus compañeras de grupo que siempre lo han negado, pero Kari Krome, principal compositora de la banda siempre ha asegurado que el horrible hecho es cierto. Por otro lado la primera bajista de la banda, Michael Steele, siempre ha asegurado que fue despedida de The Runaways porque no accedió a las pretensiones sexuales de Fowley.

El manager impuso una táctica de divide y vencerás, enfrentando a las chicas para conseguir tenerlas dominadas. La estratégia le comenzó a fallar cuando Joan Jett adquirió más importancia, primero porque se marchó Cherie Currie, pasando Jett a ser guitarra y cantante, más tarde porque la banda, apoyada por sus familias acusaron a Fowley de malversación de fondos y de engañarlas mientras las sumergía en un mundo de excesos. Cortaron su relación profesional y ficharon a Toby Mamis, manager de Blondie y Suzi Quatro entre otras bandas, pero la tendencia de adentrarse en la escena punk de Jett chocaba directamente con Lita Ford y Sandy West que querían profundizar en el hard rock y heavy metal. El último concierto fue el 31 de diciembre de 1978 en el Cow Palace de San Francisco.
The Runaways y en especial Joan Jett han sido consideradas como pioneras de la escena punk, por su adolescencia, descaro, postura e intensidad en escena, en contrapunto del prototipo rock star maduro, excelente o virtuoso de su instrumento y de la grandilocuencia de su música o espectáculo. 

PATTI SMITH, CON LA POESÍA COMO ARMA ARROJADIZA
Patricia Lee Smith, verdadero nombre de Patti Smith, fue conocida como la Madrina del Punk o la Sacerdotisa del Punk, por su importancia en la explosión de la escena de New York, su carisma y su legado cultural.

Nació en Chicago en el seno de una familia obrera, su madre era una cantante de jazz fracasada que trabajaba de camarera y su padre ejercía jornada maratonianas en una fábrica, mientras que inducían una educación estrictamente religiosa sobre sus cuatro hijos, de los cuales Patti era la mayor. La familia se mudó primero a Filadelfia y más tarde a New Jersey, donde Smith fue abandonando la religión en poro de la poesía, principalmente el surrealismo y decadencia de Rimbau. Su inconformismo la llevó a abandonar la universidad en sus primeros años y ponerse a trabajar en una fábrica como su padre. En 1967, tras un embarazo no deseado, dio a luz a una criatura que entregó en adopción y marchó a New York en busca de un cambio que no tardaría en llegar.

La ciudad de los rascacielos la acogió en la calle, deambulando entre cartones y hambruna hasta conseguir trabajo en una librería, donde conocería al fotógrafo Robert Mapplethorpe, con quien inició una relación intensa y emocionalmente revuelta. Durante un tiempo marchó a París junto a su hermana, buscando impregnarse de la revolución del mayo del 68 francés, sobreviviendo tocando en la calle y vendiendo obra de arte efímero y poesías.
Cuando regresó a New York se instaló con Mapplethorpe en el mítico Hotel Chelsea, donde conoció a personajes como Janis Joplin, Jimi Hendrix, Todd Rundgren, Roger McGuinn y Kris Kristofferson. Fue la primera mujer en ejercer el periodismo musical de forma profesional en publicaciones como Rolling Stone, Crawdaddy, Creem y Circus, adentrándose en la escena underground de la ciudad y en especial en el Max’s Kansas City, local donde tenían su residencia The Velvet Underground, actuando todas las noches.
Comenzó a participar en el Poetry Project de la iglesia de St. Mark, donde recitaba poesía y podía disfrutar de la esencia de Gerard Malanga, Allen Ginsberg o Ted Berrigan. Su inconformismo transgresor le llevó a introducir la guitarra eléctrica de Rock Lenny Kaye como acompañamiento, recibiendo un aluvión de críticas y exabruptos, en lo que muchos apuntan que fue su bautismo como performance punk. De esta acción cultural nació su proyecto musical al que se sumaron Ivan Kral en bajo, Jay Dee Daugherty en batería y Richard Sohl en piano, más la producción económica y moral de Mapplethorpe.

En 1974 editaron un primer single independiente con Hey Joe, popularizado por Jimi Hendrix, al que incorporaron un poema de Smith, donde narraba la historia de Patty Hearst, nieta del multimillonario William Randolph Hearst, secuestrada por el Ejército Simbiótico de Liberación, grupo radical de izquierda norteamericano, y que resultó un caso extremo de síndrome de Estocolmo ya que cuando fue liberada terminó alistándose en sus filas. 

Patti Smith Group comenzó a actuar de forma regular en el CBGB, local del Lower East Side que se convirtió en la cuna del punk y la new wave neoyorquina. Se fusionó con una escena con la que no tenía musicalmente nada en común, pero sí en actitud. Bandas como Ramones, Television, Blondie o Talking Heads, formaban la punta de lanza del movimiento punk, en el cual Patti Smith era una visionaria e incluso ideóloga, como deja entrever en su libro Éramos tan niños: «Nos veíamos como los hijos de la libertad con la misión de conservar, proteger y difundir el espíritu revolucionario del rock and roll. Temíamos que la música que nos había dado sustento estuviera en peligro de desnutrirse espiritualmente. Temíamos que perdiera su razón de ser, que cayera en manos sobrealimentadas, que se revolcara en un lodazal de aparatosidad, consumo y vacua complejidad técnica… nosotros tomaríamos las armas, las armas de nuestra generación, la guitarra eléctrica y el micrófono».

En 1975 se editó su debut de larga duración, Horses, un álbum revolucionario que se encontraba a años luz de la música que se estaba desarrollando en esos momentos, incomprendido comercialmente, marcó a una generación de músicos que volvió a creer en la virulencia de la palabra como arma contra el sistema. Horses, producido por John Cale de The Velvet Underground y distribuido por Arista, significó una bocanada de aire contaminando de poesía, punk y rebelión.
Se abría con el icónico Gloria de Them, pero al que Smith tuneó añadiendo una estrofa de un poema suyo al principio, “Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los mios”.
El segundo disco, Radio Ethiopia de 1976, fue producido por Jack Douglas en un intento de domesticar el sonido de la bestia y conseguir mejores resultados comerciales, no en vano el productor era responsable de Toys In The Attic (1975) y Rocks (1976) de Aerosmith, pero el resultado fue un extraordinario trabajo caótico, esquizofrénico y visceral.
Fue en la tercera entrega, Easter (1978) cuando el sonido de la Madrina del Punk se vuelve bailable, aceptando un tema de Bruce Springsteen llamado Because The Night, reformulándolo para convertirlo en el mayor éxito de su carrera, alcanzado el #13 del Billboard y entrando por la puerta grande en el mainstream.

DEBBIE HARRY, EL ICONO FEMENINO DEL PUNK
Angel Trimble nació en Miami en 1945, su madre una concertista de piano, la abandonó en un orfanato nada más nacer y jamás quiso tener relación con su hija, incluso cuando décadas más tarde contactó con ella por una necesidad vital de conocer sus orígenes. Nadie elige a su familia, aunque tampoco debes conformarte con la que te ha tocado en el sorteo.
A los tres meses fue adoptada por la familia Harry, comerciantes de Hawthorne, Nueva Jersey. Abiertos intelectualmente y amantes del arte, Richard y Catherinele Harry, le cambiaron el nombre por el de Deborah Ann Harry, pero le comunicaron su situación a los 4 años.
En 1965, cuando terminó sus estudios en el Centenary College en Hackettstown y con la intención de introducirse en el mundo del arte, se mudó a New York, donde realizó diferentes trabajos como telefonista en la emisora de Radio BBC, camarera del club Max’s Kansas City, bailarina go-go en la discoteca Union City y lo más curioso, durante una temporada trabajó para Hugh Hefner como conejita de Playboy.
Todos esos trabajo los realizaba mientras se iba introduciendo en la escena underground del barrio Greenwich Village (Manhattan), el centro de los movimientos artísticos emergentes.

Sin embargo su carrera como artista comenzó como corista de la banda de folk The Wind In The Willows, que nada tenía que ver con su futuro no muy lejano. En 1974 se une a la banda The Stilettos donde conoce al guitarrista y fotógrafo Chris Stein, persona de gran influencia en Harry, con quien inició una relación sentimental que perduró hasta 1989. Con Stein crean Blondie, nombre con el que los hombres se dirigían a Harry por su cabello blanqueado.
Aunque Blondie tiene un sonido completamente diferente a la mayoría de las bandas que diseñaban la escena punk, pudiéndose calificar su música de pop, la actitud de Harry en escena, su belleza, su feminismo desafiante, su carisma y por qué no, su forma de vestir que rápidamente fascinó en los círculos intelectuales, les llevaron a ser habituales de locales como el Max’s Kansas City y CBGB.
Harry se convirtió en un icono de la escena punk americana, pero sin embargo la misoginia que imperaba en el negocio musical, sumada a la animadversión por todo lo que oliera a punk, la condenaron al ostracismo en su propio país. El sello británico Chrysalis Records les ofreció un contrato por el que grabaron su primer álbum homónimo, que alcanzó el # 75 de las listas y que le dio el suficiente empujón comercial como para que la discográfica apostara rápidamente por el segundo, Plastic Letters en menos de un año. Del segundo álbum se extrajo el single “Denis”, todo un bombazo en el Reino Unido que logró ser #2, al mismo tiempo que triunfó en Australia, Canadá y en media Europa. Hecho curioso, pues Blondie estaba reconocido como un grupo punk pero triunfaba en las listas, de hecho fue el éxito del sencillo el que propició el reconocimiento en Estados Unidos, donde el nombre de Blondie se identificó rápidamente con el de su vocalista, hasta el punto de lanzarse una campaña de publicidad, basada principalmente en graffitis y chapas para colgarse en la ropa, en la que se leía la leyenda “Blondie is a group”. El tercer disco, “Parallel Lines” de 1978, alcanzó el #1 en el Reino Unido y el #6 en el Billboard americano, debido sobretodo el single “Heart Of Glass”.
Blondie fue la primera banda punk en triunfar comercialmente y su vocalista Debbie Harry fue un icono generacional dentro de un movimiento y una industria hostil. Fue la cara más visible de un movimiento que reivindicaba un lugar destacado para la mujer en un mundo de hombres. Debbie Harry recordaba esos años en una entrevista en el periódico El País muchos años más tarde:  “Creo que fue en aquella época cuando las chicas empezamos a tener presencia en diversos estilos, roles más amplios y un papel protagonista. No sé si soy responsable de eso, pero sí me gusta pensar que ayudé a que sucediera, y lo hice en el seno de un grupo en el que todos eran hombres, y uno de ellos, además, mi pareja”  


POISON IVY, LA REINA DEL PSYCHOBILLY PUNK
Kristy Marlana Wallace, conocida como Poison Ivy (Hiedra Venenosa), es otro personaje clave para entender la explosión punk en Estados Unidos. Nació en San Bernardino, California, pero con 19 años se trasladó a Sacramento, donde conoció a Erick Lee Purkhiser, Lux Interior, siete años mayor, que se convirtió en su amigo, compañero y a la postre marido hasta su muerte en febrero de 2009.
Juntos formaron The Cramps y se afincaron en New York, en el núcleo de la nueva cultura punk. Rápidamente consiguieron muchísima popularidad, con una música inspirada en el rockabilly y una puesta en escena recargada de sexo y violencia. Poison Ivy, que ejercía de guitarrista, sorprendía por su calidad instrumental en una demostración de machismo asimilado que impedía a las mujeres ser buenas músicas. Pero Ivy traspasó la frontera que delimita la separación de géneros y se autoproclamó con derecho propio en la Reina del psychobilly punk.

Lejos de esconder su sexualidad la mostró sin ningún tapujo, jugando con los estereotipos sexuales con una particular alegría enfática. Explotó el look de dominatriz, se enfundó de ropa fetichista y se convirtió en una diosa sexual en los escenarios. Desgraciadamente siempre se reconoció más el mérito de su compañero y vocalista Lux Interior, cuando ella componía la mitad de todo el material de The Cramps y su sonidos de guitarra así como su imagen era vital para la banda. En medio de la supuesta y cacareada igualdad de género del punk, Poison Ivy fue la bruja que le restregó en la cara la misoginia exasperante que padecía, tanto la industria, como la prensa y los propios músicos.

WENDY O. WILLIAMS, LA DIOSA DEL SHOCK ROCK
Wendy Orlean Williams nació en el seno de una familia acomodada en Webster, New York. Su padre, químico de la empresa Kodak quiso que desde muy joven estudiara música y la niña aprendió clarinete, llegando a ser clarinetista en conciertos en secundaria.
A los 15 años su vida comenzó a desviarse de lo estipulado al ser arrestada por tomar el sol desnuda. En menos de un año dejó la escuela y a su familia, recurriendo a numerosos trabajos para sobrevivir, en la cadena Dunkin’ Donuts, socorrista o vendedora de bikinis antes de marchar a Europa, donde ejerció de camarera en Amsterdam, trabajó en una tienda de macrobiótica en Londres donde se volvió vegetariana de por vida, tras lo que se marchó con una compañía de baile flamenco por el viejo continente. Varios problemas con las autoridades le remitieron de nuevo a los Estados Unidos, en concreto a New York, donde comienza a colaborar con el Teatro del Capitán Kirk, espectáculo creado por Rod Swenson, artista conceptual involucrado en la escena punk donde colaboraba con Ramones y Patti Smith entre otros. Wendy pasó por el cine porno, actuando en la película Candy Goes to Hollywood, en la cual disparaba pelotas de ping pong con la vagina.

Rod Swenson, que se convirtió en su pareja y esposo hasta su muerte, formó Plasmatics en torno a Williams, sabedor de su potencial artístico y ejerciendo él como manager.
Su popularidad aumentó al mismo tiempo que sus problemas con la justicia, ya que Plasmatics ofrecía un espectáculo perturbador, recargado de sexo y violencia desenfrenada, que la sociedad americana no estaba preparada para recibir.
Williams salía en la mayoría de ocasiones semi desnuda, acumulando denuncias hasta que comenzó a pintar de negro sus pezones, taparlos con cinta adhesiva o colocándose una pinza en los mismos. En escena reventaba televisores, partía guitarras eléctricas con una sierra mecánica o hacia explotar coches, ganándose titulares como “No hay límites para el teatro del rock’n’roll. Hay una banda punk que destruye autos en el escenario”. Del mismo modo simulaba actor sexuales como masturbaciones y felaciones, se embadurnada de crema de afeitar en un acto de alto contenido sexual y su vestimenta siempre era provocadora.
En Europa tuvo problemas en Londres donde les cancelaron una actuación acusándolos de banda de anarquistas. En Ohio la policía irrumpió en el escenario para detener su concierto porque simuló una felación con un martillo, deteniéndola y posteriormente poniéndola en libertad de inmediato porque la prensa publicó fotos acusándolos de brutalidad policial.
Wendy O. Williams fue un verdadero tsunami del punk rock, una mujer que jamás consiguió ser comprendida, pero que marcó a muchas mujeres que vinieron después, incluso de otros géneros.
Desgraciadamente, no supo asumir el deterioro de su carrera y el paso de los años, y tras dos intentos de suicidio fallidos, el 6 de abril de 1988 se quitó la vida de un disparo, pero su huella quedó para siempre.


El Reino Unido comenzó mirando hacia New York e importó rápidamente las propuestas punk, pero las asumió con una idiosincrasia diferente, más política y social, donde la anarquía y la cultura de un futuro oscuro y desesperanzador, se mezclaba con un moda y estética casi apocalíptica. Las heroínas británicas fueron con diferencia más numerosas, pero aquí tenéis una serie de iconos que se abrieron paso en la tercera ola feminista y dentro del punk.

SUZI QUATRO, LA PRIMERA PUNK
Susan Kay Quatro nació en Detroit, el 3 de junio de 1950. En el seno de una familia de inmigrantes ítalo húngaros, donde el padre era músico semi profesional e intentó inculcar a su numerosa descendencia el arte de la música. Susan comenzó a tocar la batería con tan sólo ocho años en Art Quatro Trío, formación de jazz de su padre, mientras que su hermana mayor Patti Quatro formaba en 1964 Pleasure Seekers, una de las primera bandas femeninas de la historia del rock junto a Goldie & the Gingerbreads y Fanny.

En Pleasure Seekers, Susan cambió el nombre por Suzi y pasó a tocar el bajo y cantar, obteniendo un éxito notable con sólo 15 años. A la banda se unió su hermana pequeña Arlene, poco antes de firmar con el sello Mercury Records en 1968, siendo la primera formación totalmente femenina en conseguir un gran contrato discográfico.
En 1969 en sonido de la banda cambia a un áspero garaje y proto punk, evolucionando con cambios considerables. Entra otra de las hermanas Quatro, Nancy, que pasa a cantar, mientras que Arlene deja las tareas musicales para ejercer de manager, instigando a un cambio de nombre por el de Cradle. A Suzy le comienza a molestar el hecho de tener que aparecer en escena con minifalda y marcando los estereotipos del machismo de la industria, por lo que a pesar del éxito obtenido y viendo que le es imposible cambiar esa forma de trabajar, deja la banda y marcha a Londres para iniciar su proyecto en solitario y ha basado toda su carrera musical desde la Pérfida Albión.

Rápidamente entró en contacto con Elektra Records que buscaba desesperadamente una nueva Janis Joplin y vieron en Suzi esa posibilidad, pero vuelve a marcar su terreno y rechaza el contrato porque según ella: “Elektra, quería convertirme en la nueva Janis Joplin y no en la primera Suzi Quatro. No quería ser la nueva alguien».

Mickie Most, productor que la había descubierto en Estados Unidos la fichó para su sello Rak Records, pero con la premisa que Suzy sería quien dirigiría sus pasos y que no estaba dispuesta a convertirse en una conejita de Playboy que hacía rock’n’roll.
En pleno apogeo del glam rock, se enfundó en cuero y buscó una imagen andrógina y dura, girando con Slade y Thin Lizzy, sin caer en el maquillaje circense del glam y manteniendo su espíritu libre. “Mi banda no usa brillo, somos de verdad … Cuero negro sexy y cremalleras amenazantes… Las chicas se identifican conmigo porque no tengo grandes tetas», declaraba en 1975 en New Musical Express.

Suzy obtuvo numerosos singles de éxito en Gran Bretaña y Europa, sin embargo jamás acabó de ser aceptada en Estados Unidos. Los sencillos «Can the Can», «48 Crash» y «Devil Gate Drive», vendieron más de un millón de copias cada uno, mientras que su estilo y actitud frente a la industria, inspiraron a otras mujeres como Joan Jett, Chrissie Hynde, KT Tunstall, con quien ha escrito canciones, Tina Weymouth, la bajista de Talking Heads que declaró que aprendió a tocar escuchando la música de Suzi o la inclasificable Courtney Love, que nunca ha ahorrado elogios hacia la chica de cuero.
«Fui la primera. Allané el camino para todas aquellas mujeres que amablemente dijeron que las influenciaba. Después de mí, tenían permiso para estar en el rock n’roll».

Suzi Quatro apareció antes del punk, se peleó en solitario con el machismo del negocio y tras haber vendido más de 55 millones de discos en todo el mundo, sigue siendo ignorada por la misoginia musical, pero se ha mantenido honesta, fiel a sus principios y enormemente respetada por lo que representa: Fue la primera punk de la historia.

SIOUXSIE SIOUX, LA REINA OSCURA DEL PUNK
Se podría decir que Susan Janet Ballion se transformó en Siouxsie Sioux por una serie de catastróficas desdichas. Sus padres, una escocesa y un belga, se conocieron en el Congo Belga, colonia británica donde trabajaban, ella de secretaria y él de bacteriólogo. Se trasladaron a Inglaterra poco antes de que naciera Susan, a la que la esperaban dos hermanos diez años mayores que ella. Su padre no supo encajar en la sociedad británica y cayó en el alcoholismo, sin embargo Susan era con quien más relación tenía y al ser una persona culta, la inició en su amor por todo lo relacionado con la cultura.
A la edad de 9 años Susan y una amiga sufrieron una agresión sexual, que las dos familias, por consejo de la policía ocultaron, ante la vergüenza que suponía y lo inútil de buscar culpables. Este hecho fue un punto y aparte en la personalidad de la niña, frustrada por la falta de empatía familiar, desarrolló una animadversión al mundo adulto que la marcaría para siempre y se alejó de su familia, exiliándose en un retiro insociable y rencoroso, “no tenía a nadie en quien confiar. Así que inventé mi propio mundo, mi propia realidad. Era la forma de defenderme del mundo exterior, consiguiendo una armadura fuerte para sobrevivir”.

Su padre murió a consecuencia de su alcoholismo cuando Susan tenía 14 años, lo que le provocó una profunda depresión, que terminó con ella ingresada en un hospital con un episodio de úlcera sangrante que casi termina con su vida. La hospitalización coincidió con el lanzamiento del disco de David Bowie The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars de 1972, que la dejó tremendamente impresionada, pero fue ver a Bowie en el programa de televisión Top Of The Pops y el personaje que había creado para transformarse en un extraterrestre bisexual y de imagen andrógina lo que cambió la vida de Susan.

Dejó la escuela y se sumergió en la escena de locales gay, zambulléndose en el nuevo underground que estaba surgiendo en Londres. Ya como Siouxsie Sioux y junto a su amigo Steven Severin, conoció a Sex Pistols y se quedó fascinada al instante por su postura y comportamiento, por lo que decidió seguirles regularmente en concierto y entablar amistad con ellos. Al poco tiempo la periodista Caroline Coon bautizó al grupo de seguidores de Sex Pistols como Bromley Contingent, grupo de jóvenes excéntricos y automarginados liderados por la extravagante Siouxsie Sioux, que gustaba de vestirse con indumentaria fetiche y en ocasiones sado, como si de una prostituta muerta se tratara.

Algunos de los miembros del Bromley Contingent acompañaron a la banda al programa de televisión de Bill Grundy, donde se produjo el escándalo que se narra en otro capítulo del libro (N.R: Recordad que este artículo, en un proincipio estaba incluido en el libro Más Leyendas Urbanas del Rock). También estuvieron involucrados en el escándalo del Támesis, cuando Malcom McLaren contrató un barco para celebrar una fiesta en honor al 25 aniversario de la coronación de la reina Elizabeth II, conocido como Silver Jubilee, con Sex Pistols y numerosos seguidores entre los que destacaban los Bromley. La policía cargó y fueron detenidos varios jóvenes en un episodio que la prensa y el propio McLaren se encargaron de magnificar.
Provocadora innata, fue agredida en Francia, durante la gira de Sex Pistols, por llevar una esvástica en el brazo, aunque siempre ha declarado que la intención era conmocionar a la burguesía, no hacer una exhibición política.

A estas alturas Sioux ya era un icono de la escena punk británica, pero el paso definitivo lo dieron ella y Severin cuando formaron Siouxsie and the Banshees, debutando el 20 de septiembre de 1976 en el 100 Club Punk Festival organizado por McLaren, donde interpretaron una improvisación musical de 20 minutos sobre la que Sioux cantó provocativamente Lord’s Prayer, con un desconocido Sid Vicious a la batería.

Sioux destacaba entre la multitud, pero su asociación musical con Severin proporcionó un sonido nuevo al punk londinense, más intelectual y sobretodo más oscuro, por lo que muchos consideran que The Banshees fueron pioneros del rock gótico, con una voz inexpresiva y etérea, consiguieron 18 singles en el Top 40 británico y marcar tendencia en las nuevas generaciones, al mismo tiempo que saber mutar para adentrarse en los nuevos sonidos que estaban por llegar. Su extensa trayectoria musical la ha llevado por diferentes derroteros hasta la actualidad, pero nadie puede negar que en su día fue la auténtica reina oscura del punk. 

PALMOLIVE, EL PODER DE LAS MUJERES
El caso más palpable de que la consabida igualdad de género del punk era falso, lo tenemos en la banda seminal del género en el Reino Unido The Slits, que con un nombre tan provocativo (Las Vaginas) fueron pioneras de la explosión punk, pero quedaron incomprensiblemente relegadas a las novias y acompañantes de músicos que llegaron a ser rock stars.
La española Paloma Romero, nacida en Melilla el 26 de diciembre de 1954, se tornó contestataria rápidamente y siendo adolescente ya luchaba políticamente contra la represión fascista impuesta por el régimen fascista de Franco. Con 17 años inicia una serie de idas y venidas a Londres, donde termina afincándose tras problemas con la policía nacional española.
Conoce a una banda de pub rock llamada The 101’ers, donde milita John Graham Mellor, apodado Woody, con quien comienza una relación sentimental de varios años. Cuando estalla el movimiento punk, se impregnan de los aires de libertad e igualdad que predica y cambia su apellido por el de McLardy, mientras que Woody pasa a llamarse Joe Strummer, el nombre de Palmolive lo adopta de la mala pronunciación de Paul Simonon, compañero de banda de Strummer, que no era capaz de decir Paloma en castellano y sólo balbuceaba Palmolive.

Al parecer aprendió a tocar la batería en una compañía de mimo donde estuvo algún tiempo, abandonandola por la pasión que sentía por el instrumento, fichando por el grupo Flowers of Romance donde un imberbe Sid Vicious era el líder y la expulsó porque no aceptaba sus insinuaciones sexuales. Desde ese momento se impuso crear una banda formada sólo por mujeres y desafiar los esquemas masculinos de un género que no predicaba y actuaba de manera coherente. Sentía la necesidad de vivir el punk a su manera.

Ariane Daniela Forster, nació en Alemania el 17 de enero de 1962, su madre Nora, estaba involucrada en la industria musical y llegó a ser amiga de Jimi Hendrix. Malcriada en una familia adinerada y rodeada de músicos toda su infancia, el padrino fue Jon Anderson, más tarde vocalista de Yes, comenzó a dar vueltas por medio mundo, en un ambiente donde los conciertos eran su alimento vital. Con 14 años conoce en un concierto de Patti Smith a Palmolive y deciden crear The Slits. La banda sufre algunos cambios de músicas hasta la llegada de Viv Albertine a la guitarra y Tessa Pollitt al bajo, completando la banda con Palmolive a la batería y Ariadne, que pasa a llamarse Ari-Up, como vocalista.

La banda rápidamente se hace un hueco en la escena londinense, pero al mismo tiempo se mezclan las parejas y si Palmolive está unida a Strummer, Ari-Up se une sentimentalmente a John Lydon, más conocido como Johnny Rotten, vocalista de Sex Pistols. The Slits fueron transgresoras, rompieron moldes y se convirtieron en la primera banda de punk femenina del Reino Unido. Sus dos líderes influyeron de forma directa en dos bandas icónicas del género como son The Clash y Sex Pistols, de hecho Palmolive marcó el gusto por el sonido hispano y la ideología revolucionaria en Strummer, parte vital de la personalidad de The Clash.

En 1977 compartieron cartel con Sex Pistols y The Clash, pero aunque tenían una reputación extraordinaria entre el sector femenino de la escena, no acabaron de ser aceptadas ni por los compañeros, ni por la escena. Tal como recuerda Palmolive “No íbamos de salvajes, éramos salvajes. Fuimos completamente revolucionarios, porque no había bandas de chicas en esos días». El 1978 comenzaron los problemas en el seno de la banda, principalmente porque Palmolive se negaba a perder sus principios para triunfar y el resto quería a toda costa editar disco y seguir evolucionando en su carrera. La entrada de Malcolm McLaren como mánager y la ruptura de negociaciones con algunas discográficas por su fama de polémicas e ingobernables, crearon factura en el grupo, que terminó de romperse cuando Island Records les presenta un contrato para su primer disco, pero quiere que salgan desnudas en la portada, con la consiguiente negativa de Palmolive, “enseño lo que yo quiera, pero no voy a mostrar mis tetas para vender discos”, que optó por marchar y abandonar la banda. Más tarde pasó por la banda The Raincoats, creada a imagen y semejanza de The Slits, cuatro mujeres haciendo punk y alejándose de la comercialidad. Palmolive estuvo con ellas hasta que en 1979, poco antes de editar su primer álbum con Rough Trade Records, abandonó la música desengañada y buscando una personalidad que se le negó ejercer en la era punk. 
Actualmente, Palmolive ejerce de profesora de castellano en Hyannis, Massachusetts, a sus alumnos les cuenta sin tapujos que ”he visto grandes cosas en la música y otras que me avergonzaron profundamente, pero recuerden, yo solía ser punk”.


POLY STYRENE, DESMONTANDO EL PUNK
Marianne Joan Elliott-Said, alias Poly Styrene fue una de las mujeres del punk más revolucionarias y marcó un estilo que influyó en numerosas generaciones posteriores.
Hija de una secretaria que la crío sola, pues su padre un trabajador portuario de origen somalí las abandonó antes de nacer Poly, siempre remó contra corriente, huyendo de un futuro que le pintaba un panorama parecido al de su madre. Se escapó de casa a los 15 años y estuvo dando tumbos en comunas hippies, trabajando de diseñadora de ropa alternativa e incluso como cantante de reggae.
El día que cumplía los 19 años, el 3 de julio de 1976, asistió a un concierto de Sex Pistols y le cambió por completo la vida, poniendo un anuncio al día siguiente en New Musical Express y Melody Maker para montar una banda de punk rock. Se formó X-Ray Spex, añadiendo a la típica combinación de batería, bajo y guitarra, el saxofón de Lora Logic, que transportaba el sonido a otra dimensión.

Poly Styrene comprobó desde el principio que no iba a ser aceptada fácilmente en la escena, tenía aparatos bucales, procedía de clase trabajadora, era descendiente de un somalí y además era mujer; sufrió rechazo físico, racismo y misoginia por igual, peor en lugar de sentirse derrotada, emergió como una explosión que pudo con todo ello.
Con una voz privilegiada, envuelta en un look extremadamente personal que rompía todos los cánones estéticos, descarada, política y socialmente incorrecta, se apoderó de los escenarios esgrimiendo sin tapujos sus convicciones: “Jamás seré una sex-symbol y si alguien trata de convertirme en una, me afeito la cabeza al día siguiente”.

En septiembre de 1977 editan su primer single con el tema Oh Bondage Up Yours!, donde Poly escupía bilis:
“Hay gente que piensa que a las chicas se las debería mirar y no escuchar, pero yo pienso: ¡Esclavitud, que te den!
Sujétame, átame
Encadéname a la pared, quiero ser la esclava de todos vosotros
Esclavitud, que te den
Esclavitud, nunca más”


Este tema, el más popular de X-Ray Spex, se transformó en un himno feminista, aunque Poly Styrene siempre ha declarado que era más un canto anti sistema, anti consumidas y capitalista, pero dos décadas después fue de nuevo el himno adoptado por una nueva generación de mujeres que reivindicaron su papel, el movimiento Riot Grrrl.
En septiembre de 1978 publicaron su primer álbum Germ Free Adolescents, un decálogo de revolución antisistema, donde Poly Styrene condensó todo su ideario. Desgraciadamente se vio obligada a abandonar la banda y la música tras un diagnóstico erróneo de esquizofrenia, que la tuvo alejada de la música hasta que dos años más tarde regresó en solitario.
La revista Billboard la describió como “una de las personas menos convencionales de la historia del rock, hombre o mujer”.

LA FALACIA DEL PUNK
Las mujeres en definitiva jugaron un papel primordial en el desarrollo del punk, pues encontraron en él un vehículo para reivindicar su posición en la historia de la música, pero se toparon de frente con la misoginia del negocio, que bien no confió en ellas o por el contrario, vio que no eran tan manipulables como las rock stars.
Ellas movieron los hilos de la contracultura, moda, fanzines, organizaron conciertos y giras, pero siempre a la sombra, cuando saltaron a la palestra fueron poco valoradas, atacadas por los propios compañeros y menospreciadas por los medios de comunicación. «Los medios de comunicación se concentraron en cosas irrelevantes como la ropa o serían muy críticos con nuestra forma de tocar, de la misma manera que algunos músicos tienen prejuicios contra las mujeres líderes», Gaye Advert, bajista y fundadora de The Adverts junto a TV Smith, en unas declaraciones al fanzine Punk 77.

Hemos reflejado la parte visible del iceberg, pero debajo de la línea de flotación está el témpano más grueso, bandas como The Innocents, The Killjoys, The Nipple Erectors, Penetration, Vice Squad, Sick Things o The Resisters, fueron algunos ejemplos del intento de empoderamiento femenino durante la primera oleada punk de la historia. No consiguieron lo que se proponían porque la industria las frenó, pero al mismo tiempo, su ímpetu, ganas de reivindicarse y poderío consiguió que la historia nunca fuera igual. La segunda oleada punk devolvió el protagonismo a las mujeres y en la actualidad, aunque luchando con los mismos vicios machistas, tienen mayor visibilidad y protagonismo. Relevancia que se la deben a las pioneras del punk, que establecieron un grito de guerra que lo definió perfectamente Joan Jett en 1978: “Las mujeres tenemos más pelotas, pero están mucho más arriba”… Definitivamente el punk no es cosa sólo de hombres.

J.L. Martín
Artículo extraído de los descartes del libro Más Leyendas Urbanas del Rock, editado por MaNonTroppo en el año 2020.


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