Steve Marriott fue una de las voces más personales y carismáticas del rock británico y por extensión, de todo el planeta. Sus aportaciones compositivas y vocales en Small Faces y Humble Pie, dejaron huella en la música, siendo complicado encontrar una nueva banda de rock’n’roll que no haya mamado de esa escuela.

Marriott llegó a lo más alto, convirtiéndose en un icono de su generación, pero cayó por un precipicio sin fondo, que lo llevó, de forma irremediable, a su trágica muerte.

Marriott, de conducta contestataria y rebelde, comenzó a demostrarlo en la barriga de su madre, naciendo unas semanas antes de lo que estaba establecido, por lo que fue recluido en el hospital, hasta que lo consideraron acto para sobrevivir en la sociedad.
Se acopló en una familia trabajadora de East Ham, una localidad del este de Londres. Bajito, enclenque y bastante feo, desde principios de su edad escolar, adoptó el rol de gamberro de turno, sin dejarlo jamás de lado. Su paso por la educación británica, fue más bien anecdótico, sobre todo, cuando su padre dejó las artes gráficas para convertirse en un gran cocinero de Anguilas de Gelatina, plato típico de la época, al mismo tiempo que tocaba el piano, interpretando las famosas murder ballads, en el pub donde el pequeño Marriott se quedaba boquiabierto escuchando.
Al gamberro le gustaba cantar y poco tardo el progenitor en regalarle una guitarra y una harmónica, con la que comenzó a hacer sus pinitos.

Su camino artístico podría haber sido la interpretación, pues con escasos doce años, fue admitido en la obra teatral Oliver Twist, donde interpretaba a Jack, un niño ladronzuelo, que le venía como anillo al dedo, y con el que grabó su primer tema, «Consider yourself», para interpretarlo en playback si la voz fallaba. También hizo sus pinitos en televisión, volviendo a adoptar el personaje de un gamberro, es decir, casi sin necesidad de representar nada ficticio.

Abandonó la carrera de actor sin vocación, con el consabido disgusto de los padres, que veían un futuro halagüeño para el joven díscolo e inadaptado, para entrar a trabajar en una tienda de instrumentos musicales, todo un paraíso terrenal para él.

Allí conoció a un tipo que quería comprar un bajo, un tal Ronnie Lane, con quien tenía varios puntos en común. También era bajito y poco agraciado físicamente, ciertamente se sentía fuera de lugar en cualquier lugar que no hubiera música, y para colmo, le gustaban los mismos músicos que a Steve, negros americanos que tocaban un sonido llamado blues.

De esa reunión fortuita nació Small Faces, banda que, en los escasos años de vida, no llevó a la media docena, cosechó estupendos éxitos de ventas y se encumbró como cabecera de una nueva generación de músicos ingleses. No obstante, ni a Lane ni a Marriott, les gustaba que se les encasillara en el look de mod y la música pop, pero por más que su música se hacía cada vez más desgarradora y dura, no se quitaron en sambenito. Volviendo al principio, su voz y manera de cantar el «You Need Lovin’», cover de un tema de Willie Dixon, fue recogida de forma descarada por Robert Plant, para cantar su éxito «Whole Lotta Love». Su mala suerte, si se puede llamar así, comienza cuando Jimmy Page le llama para ser el vocalista de The New Yardbirds, pero él rechaza la oferta y le recomienda a su amigo Plant.

Problemas de beneficios negados por su manager, Don Arden, se convirtieron en el primer palo en las ruedas de Small Faces, pero la intención de Marriott de llevar la música al límite, mezclar psicodelia y más marcado el blues, fue un bache muy complicado de saltar. El álbum Odgens’ Nut Gone Flake, editado en 1968, suponía un crecimiento estratosférico como banda, muchos son los que piensan que es la obra cumbre del grupo, pero aportó numerosos problemas a la hora de defenderlo en escena, donde más de la mitad de las canciones no se podían interpretar en directo. Para paliar este handicap, Marriott propuso el fichaje de Peter Frampton, pero el resto de la banda se negó, marcando el final del trayecto para el guitarrista. En la Nochevieja de ese mismo año, 1968, mientras ofrecían un concierto desastroso, Steve se arrimó al micro y soltó «Time it’s over», desenchufó la guitarra y se marchó para siempre.
Los miembros restantes de Small Faces, ficharon a dos salientes de Jeff Beck Band, Rod Stewart y Ronnie Wood, para formar The Faces

Marriott se asocia con Peter Frampton, con quien también se reparte las tareas vocales, además de contar con el baterista Jerry Shirley y el bajista Greg Ridley, confabulando Humble Pie. El sonido cambia rotundamente, algo que se adivina en los dos discos editados en 1969, As Safe as Yesterday Is y Town And Country, dos visiones diferentes de Marriott, que tenía total libertad para crear, la primera más experimental y rockera, la segunda acústica y cercana al country. Las dos con un viraje marcado a la música americana. Humble Pie se convierte en uno de los primeros supergrupos británicos, más cuando se edita de inmediato el single «Natural Born Bugie», que con una errata palpable —es boogie—, alcanza el en las listas del Reino Unido.

Sin embargo, la mala fortuna le sigue persiguiendo a Marriott y la banda está a un pelo, de pasar a mejor vida, porque cuando regresa de la gira americana, se enteran de que su casa discográfica, Inmediate, propiedad de un chorizo ilustre, Andrew Loog Oldham, se ha declarado en quiebra y está en liquidación de acreedores. Más perdidos que un pollo sin cabeza, editan sus nuevos trabajos para A&M Records, pero la libertad de Marriott ya no es absoluta y se les pide que endurezcan su sonido. El nuevo manager, Dee Anthony, apuesta por el liderazgo de Marriott a la voz, cosa que no agrada a Frampton, mientras que les lanza a una vorágine de conciertos, diecinueve giras por Estados Unidos en tres años, que embarra las relaciones entre los músicos. Por otro lado, el carácter de Marriott se enrareció durante los continuos tour, principalmente por el consumo de drogas y alcohol en exceso, mostrando signos alarmantes de esquizofrenia. 

Peter Frampton deja la formación para comenzar su exitosa carrera en solitario, que llegaría a la cima con su doble directo, Frampton Comes Alive!, de 1973, mientras que Humble Pie, defiende su estupendo Smokin’, con Clem Clempson, ex-Colosseum, a la segunda guitarra.

En esa época, Marriott no se adapta a la dinámica impuesta por la industria. Giras interminables y agotadoras, presiones para componer y grabar un nuevo disco de forma rápida, sin descanso, llevar todo el peso de la banda, y sobre tordo la sensación de que su música no es lo suficientemente buena, le lleva a la desesperación y a refugiarse en la cocaína y el alcohol. Al forzar la cuerda, se rompe por el nudo personal y su mujer, Jenny Rylance, lo abandona, por no hacer él lo propio con la farlopa.

Marriott se sentía derrotado, sus discos se vendían bien, aunque no eran tan populares como Led Zeppelin o The Who, sus conciertos se llenaban y el público salía muy satisfecho, pero el dinero no entraba como era de esperar. Todos los beneficios de su etapa en Small Faces, fueron sustraídos por el manager Don Alder, que si no lo sabéis es el suegro de Ozzy Osbourne. Marriott lo llevó a juicio, donde Alder aceptó devolver la pasta a plazos, pero en realidad hizo un Woody Allen, cogió el dinero y corrió. 
En la historia de Steve Marriott, llueve sobre mojado, y el manager Dee Anthony, estaba haciendo lo mismo, estafándole descaradamente, y contra él, no se podía hacer nada. Dee Anthony, cuyo verdadero nombre era Anthony D’Addario, estaba protegido por la mafia —otro día podemos hablar de los lazos de la mafia en el mundo de la música—, en concreto por la familia Gambino; era intocable. Cuando Marriott intentó realizar actuaciones legales para reclamar sus derechos, recibió amenazas de muerte, hacia su persona y las de sus familiares, por lo que se olvidó de toda la pasta robada y abandonó Humble Pie.


Su gafe le perseguía, y se lo demostraba cada vez que podía. Llegó a probar para The Rolling Stones, cuando marchó Mick Taylor, pero dicen las malas lenguas, que en medio de la prueba, se emocionó y comenzó a cantar, muy por encima de Mick Jagger y eso, amigos, es peor que toparse con la mafia.

En otra ocasión, el karma, el destino, o como quieras llamarle, se volvió a reír en su cara. El sorprendente éxito comercial de un viejo tema de Small Faces, «Lazy Sunday», provocó una reunión de la vieja banda, pero tras dos discos, sin poca repercusión, todo acabó, al saberse que Ronnie Lane padecía esclerosis múltiple, enfermedad que padecieron sus padres y que mantuvo en secreto hasta no poder disimularlo. 
Rechazó una propuesta de Laurie O’Leary, productor musical, famoso por su éxito de Jesucrist Superstar, que quería a Marriott como el Che Guevara de su nueva obra, Evita.
Ya lanzado en su carrera en solitario, recibió «la dolorosa» del fisco, que le indicaba que debía más de cien mil libras esterlinas, en impuestos sobre los beneficios no declarados de Humble Pie, los mismos que le había robado su mafioso mánager. Dinero que siempre pensó que fue destinado al proyecto Frampton Comes Alive!.

Marriott tuvo que escapar de Inglaterra, o ir a la cárcel, por lo que aterrizó con su segunda mujer y su hijo en California, formó una nueva banda llamada The Firm —nada que ver con Jimmy Page—, con Jim Leverton y Leslie West, ex-Mountain. Sin embargo, retornaron los problemas de reparto, de royalties con el manager, y algunos otros de visados para poder girar. Concluyendo, la aventura duró un suspiro y dejó a Marriott completamente arruinado, lejos de su país y con una enorme adicción a la cocaína.

Con el cambio de década, le ofrecieron una suculenta suma de dólares para reunificar Humble Pie. Al estar completamente arruinado, tuvo que aceptar, Marriott se puso en contacto con Jerry Shirley y reformaron la banda, llegando a grabar dos álbumes, On to Victory (1980) y Go for the Throat (1981). Pero de nuevo fue golpeado por una suerte que él mismo había sembrado y cosechado. Su segunda mujer, Pam, no puedo aguantar más el infierno de la drogra. Marriott, en lugar de intentar aplicar un correctivo sobre su persona, se hundió más en el perico, y como consecuancia sufrió un accidente, cuando la banda estaba abriendo los shows de Judas Priest, fracturándose la muñeca y descubriendo en el hospital, que tenía una preciosa úlcera sangrante. ¡Humble Pie 2.0 a la mierda!

Regresa a Inglaterra con una mano delante y otra detrás, y tiene que malvivir en una habitación de casa de su hermana, actuando en el circuito de pubs y jam sessions, siempre cobrando poco y en negro, pues el fisco sigue persiguiéndole para ejecutar la deuda. 
En 1984, Aura Records lanzó Packet of Three (1984), reeditado como 
Steve Marriott Live at Dingwalls, que le da un poco de vidilla. Ese disco, junto a la relación que mantiene con una antigua amiga, Manon Piercey, con la que tiene una hija un año más tarde, lo pone de nuevo en circulación.
Esa relación termina, como todo en su vida, mal o peor si puede ser, pues la abandona por una groupie llamada Toni Poulton, que asistía a todos los conciertos de Packet of Three. Terminó siendo su tercera esposa y el pretexto para este artículo homenaje a Steve Marriott.

Los últimos años de su vida los pasa negándose a participar en proyectos importantes, por su desconfianza y odio hacia la industria musical. El más llamativo es cuando su viejo amigo, Peter Frampton, le convence para reunificar Humble Pie, grabar tan solo un disco, con gira posterior. Frampton le ofrecía una cantidad económica que solventaría sus problemas con hacienda y le solucionaría el resto de su vida, o al menos no se vería tan agobiado financieramente hablado. Marriott voló a Los Angeles y comenzaron las sesiones de composición y grabación, pero, sin saber el porqué, abandono la grabación. Dos canciones, «The Bigger They Come» y «I Won’t Let You Down», con Marriott en la voz (y guitarra), se publicaron en el álbum de Frampton  Shine On: A Collection. La tercera canción, «Out of the Blue», apareció en Peter Frampton, primer álbum en estudio que lanzó después de la muerte de Marriott.

Cuando, el 19 de abril de 1991, Marriott y su mujer, Poulton, regresaban a Inglaterra, tras abandonar el primero la grabación con Peter Frampton, la pareja discutió de forma violenta en varias ocasiones. Al principio, con reproches de la mujer, por haber abandonado un proyecto que les aportaba gran cantidad de dinero. Después, por el estado de embriaguez del músico, que no era capaz de mantener el control, vamos, que hizo un melendi tras otro.

Llegados a su tierra, se acomodaron en casa de unos amigos, que aseguran que las discusiones se volvieron más violentas, hasta el punto de que Marriott se marchó a su casa, dejando allí a su mujer.
A las 6:30 del día 20 de abril, los bomberos recibieron una llamada de un conductor que alertaba de un incendio en una vieja casa del pueblo de Arkensen, cuando el servicio de extinción de Essex, entraron en el alojamiento y erradicaron el fuego, encontraron a Steve Marriott entre la cama y la pared, por lo que dedujeron que estaba intentando escapar del humo. El óbito fue certificado como muerte accidental por inhalación de humo, siendo la opinión más plausible, que Steve Marriott se durmió con un cigarro entre los dedos. En La autopsia se encontraron grandes cantidades de alcohol, cocaína y valium.

A mediados de este mes de mayo, se supo que, Toni Marriott, tercera esposa, que apenas estuvo casada con el músico dos años y poco. Ha aceptado una propuesta multimillonaria, para editar un álbum llamado The Marriott State, conteniendo canciones viejas de Small Faces y Humble Pie, regrabadas de nuevo, más temas que Marriott no llegó a introducir en un estudio de grabación.

Hasta aquí, no hay nada sorprendente, es habitual este tipo de discos, u otros que nos dicen que se han encontrado unas cintas en el cajón de los ajos de la despensa, pero aquí hay algo más terrorífico, por denominarlo de una manera entendible. Ese Lp se grabaría por AI, es decir, inteligencia artificial, no solo en los instrumentos, también replicando la voz de Steve Marriott.

Los hijos del músico, varios, de diferentes madres, se han unido para impedirlo, argumentando «Tenemos la intención, junto con sus compañeros de banda de Humble Pie y Small Faces, de impedir que el álbum que quiere lanzar The Marriott Estate vea la luz. Alguien que era conocido como uno de los más grandes vocalistas de nuestra generación, con una voz tan viva y cruda, le rompería absolutamente el corazón si estuviera vivo para saberlo. Esto solo es por dinero, no por arte ni por apreciación».
A esa lucha por impedir que se grabe la voz de Marriott con AI, se han sumado músicos de la talla de Robert Plant, David Gilmour, Bryan Adams, Glenn Hughes, Paul Rodgers, Gary Kemp y Paul Weller, entre otros. Además, sus compañeros de Small Faces y Humble PieKenney JonesPeter Frampton y Jerry Shirley.

Primero fue el auto-tune, con el que un imbécil, que no sabe cantar ni en la ducha, puede triunfar a nivel mundial. Tenemos ejemplos en cantidad, nombres que todos sabemos, y con los que no vamos a ensuciar estas líneas.
¿Hasta dónde se debe llegar?
¿Estamos tontos o qué?
¿Habrá gente que lo compre?
¿Es lícito?
¿Es inmoral?
Personalmente, creo, que a Steve Marriott lo engañaron muchas veces en su vida, pero el principal enemigo era él mismo, no obstante, ahora le quieren robar lo único que queda de su memoria, su legado. Engañado después de muerto.
JLBad


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Una respuesta a “STEVE MARRIOTT, ENGAÑADO DESPUÉS DE MUERTO”

  1. […] una semana hablábamos en el programa de radio y después en un artículo de este sitio —Steve Marriott, engañado después de muerto—, de la intención de la tercera mujer de Steve Marriott de conceder los permisos para publicar […]

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