BAD MUSIC RADIO

JD McPHERSON
NITE OWLS
New West Records
27.09.24

Se le echaba de menos, siete años desde su último álbum de estudio, si no contamos su disco de Navidad «Socks» (2018), que por cierto, y ahora que se acercan las fechas en las que todo es paz y amor, es un disco que no desentona al lado de los clásicos navideños de Elvis o Brian Setzer. Un disco, este que nos ocupa, en el que el artista de Oklahoma, sin abandonar su característico sonido 50s, pica en otros estilos con desigual resultado. El Surf es uno de los palos que toca, caso de «The phantom lover of new Rochelle», tema instrumental arquetípico, que suena como los clásicos del género, casi parece una versión de DICK DALE o THE VENTURES. En «Just like summer» arriesga un poco más fusionando el género con el pop de los 60 y unos ramalazos de música de Spaghetti western a lo Ennio Morricone.

   Dos baladas se incluyen en el álbum, la que cierra el disco «That’s what a love Dong does to you», en la que se mete en el papel del típico crooner mojabragas y «Shining like gold», perfecta para el baile agarrado de una fiesta de fin de curso en un instituto de los 50, bromas aparte, dos preciosas canciones muy bien integradas en el álbum.

   Otros sonidos, con los que coquetea con menos suerte, son el Hillbilly de «I can’t go anywhere with you», con la colaboración de BLOODSHOT BILL, «Nite owls» en una onda New Wave y el Rock n’ Roll contaminado de Power pop de «The Rock and roll girls». Tres temas que no están mal, pero tampoco emocionan.

   Donde la caga hasta el fondo es en «Don’t travel through the night alone», una suerte de balada épica, más propia de bandas como A-HA, que no le pega ni con cola y que es el momento más bajo del disco, tras varias escuchas uno le llega a coger gusto al tema, pero quizás hubiera sido mejor que la hubiera publicado como cara B o en un disco de rarezas. Desentona.

   Por último un par de temas en los que JD se deja de experimentos y hace lo que mejor sabe hacer, la que abre el disco «Sunshine getaway», con un ritmo irresistible y, sobre todo, «Baby blues», el temazo del disco, en la que JD canta con su característica chulería, con un riff que se te queda grabado, y que nos remite a sus tiempos más inspirados.

   Resumiendo, se queda corto el disco (10 canciones, media hora de música), con el agravante de la espera de siete años. Algunos temas muy buenos, como los dos últimos citados, y algún tema que se podría haber ahorrado, como hemos ya comentado. Aun así, felices y contentos de que JD McPHERSON vuelva a la actualidad musical, y muy atentos, pues si bien hasta finales de año estará girando por los Estados Unidos, es muy probable que anuncie en breve gira europea, que esperemos tenga paradas en nuestro país.

Nico García